Juventud en marcha (2006) Pedro Costa
El cineasta luso Pedro Costa sin lugar a dudas realiza un cine original, calificado incluso de "cine del futuro" por J. Rosenbaum, que es igualmente denostado y celebrado por la crítica internacional. Este film suele considerarse la obra más depurada y lograda del cineasta. Su lenguaje minimalista remite a algunos de los postulados de Straub-Huillet, incluso a Ozu, Bresson, y a mi admiradísimo Dreyer, pero sin olvidar a los maestros de la pintura que elevaron el claroscuro a la categoría de arte. Hay algo profundamente pictórico en muchos de los momentos de este largometraje original y despojado, y sin embargo sutilmente vigoroso, aparentemente documental pero al mismo tiempo sublime en su concepción estética, composición, fotografía, uso del sonido... sin olvidar la autenticidad que desprenden las interpretaciones. Costa ha logrado alumbrar desde lo particular una obra de alcance universal, en la que los personajes al mismo tiempo son ellos mismos y poderosas representaciones míticas que pueden remitirnos a la Odisea, o el Ulises. Lo más sorprendente y paradójico de Costa es que sus raíces cinematográficas son clásicas (también se pueden encontrar influencias del cine americano, Chaplin, John Ford, Tourneur...) y su concepción estética depurada, los materiales con los que trabaja mínimos, y sin embargo extrae veracidad e incluso gracia, (por momentos me he acordado de Dreyer, y eso no me pasa casi nunca ante una película que no sea de Dreyer) sin renunciar a una expresión propia que conjuga serenidad y audacia expresiva pero sin enfatizar los aspectos lúgubres de un relato triste, pero no por ello desencantado, pues Costa refleja la pobreza, la complejidad de la vida, y sin embargo busca la luz que se filtra amorosamente entre las grietas.
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