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22/1/10

películas

Aunque llevo mucho tiempo sin actualizarlo, pues las películas que comento últimamente las incluyo en "zoom", "programa doble", o en algún género, aquí dejo enlace con breves comentarios de películas...
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http://arrebatodecineoriginal.blogspot.com/search/label/pel%C3%ADculas%20por%20d%C3%A9cada
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21/1/10

1895-1929

está pelín descoyuntado... pero aquí hay algunas películas 
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Viaje a la luna (1902) George Meliès. Los pioneros como Meliés merecen ser recordados y conocidos y este corto es quizá el mejor ejemplo de su vasta e imaginativa obra.
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El hotel eléctrico (1905) Segundo de Chomón. En palabras del crítico Carlos Aguilar en su Guía del cine español "auténtica obra maestra del cine de la imaginación, de la Animación a escala mundial". Imperdonable que Chomón no sea conocido y valorado justamente, pues fue un genio pionero a la altura de Meliés, y su contribución en todo tipo de desarrollos técnicos del medio fue impresionante.
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La venganza del cámara (1912) Ladislas Starevicz. Esta obra maestra de la animación es un logro artístico impresionante, desbordante por su sentido del humor y habilidad técnica. Resumiendo: de lo más maravilloso que se ha rodado jamás.
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Liros rotos / La culpa ajena (1919) D.W. Griffith. Una obra maestra llena de sensibilidad, romanticismo y un dramatismo sobrecogedor. Inolvidable, maravillosa, uno de los pilares que hacen y harán del cine un arte y una expresión de la poesía de la vida.
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La carreta fantasma (1920) Victor Sjöstrom. El talento cinematográfico de Sjöstrom, que le llevaría a EE.UU. donde rodaría una de las obras maestras del mudo (El viento, protagonizado por la inolvidable Lillian Gish) se muestra aquí con una atmósfera visual muy lograda, incluso sobrecogedora
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Las tres luces (1921) de Fritz Lang. Esta película despertó la vocación a Luis Buñuel, pero claro, Lang era muy grande, y lo demostró en muchas ocasiones.
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Nosferatu (1922) de F.W. Murnau es una de las obras maestras de la historia del cine. Murnau creó una obra de una maestría tal que sigue deslumbrando, asombrando y aterrando a pesar de los años.
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Una mujer de París (1923) Charles Chaplin. Este magnífico drama romántico demuestra una vez más que Chaplin (que aparece unos segundos como mozo) era un director de cine con un talento innegable. Incluso el maestro Yasujiro Ozu dijo "La única utilización conseguida del fundido se encuentra en "Una mujer de París" de Chaplin. No se ve una utilización tan perfecta de la técnica más de una vez cada veinte años. Todos los demás hacen trampa". Obra maestra absoluta.
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La brujería a través de los tiempos (1923) Benjamin ChristensenEste clásico sobre la brujería es un fascinante recorrido por las tinieblas y misterios, que palpita vigorosamente a pesar de ser una película muda. Películas así dan la razón al dicho "una imagen vale más que mil palabras", o voces, o sonidos, o músicas de miedo...

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El moderno Sherlock Holmes (1924) de Buster Keaton es una obra maestra del cine cómico mudo, dirigida por el gran Buster Keaton. Una joya.
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Entreacto (1924) René Clair. Es una obra audaz y sugerente como pocas, muy surrealista, sin argumento lineal. Un cortometraje vigoroso y vanguardista.
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El ladrón de Bagdad (1924) de Raoul Walsh. Es un clásico del cine mudo que en su momento deslumbró por su ambientación cuidada y exótica y sus efectos especiales novedosos. Está bien llevada por el director y posee el encanto de las leyendas árabes de las mil y una noches.
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El amo de la casa (1925) de Dreyer (maestro entre los maestros, "La palabra" (Ordet) me parece su mayor obra maestra, pero también lo son "Gertrud", "La pasión de Juana de Arco"...)
filmó este largometraje aún en la época muda, dejando muestra de su sobrada maestría y afinidad con los problemas de las mujeres.
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Metrópolis (1926) de Fritz Lang. Es la gran superproducción del cine mudo alemán, con una ambientación y efectos especiales que aún sorprenden hoy en día, aunque por desgracia la copia actual está incompleta probablemente en una cuarta parte. Existe una edición en doble dvd con documental, fotografías, carteles y sobre todo una restauración de la imagen y la partitura original que dan a esta obra,considerada por la UNESCO patrimonio de la humanidad, la textura visual más fiel posible a la original. Un clásico del cine.
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::: Fausto / faust, de F.W. Murnau (1926) Una de las mayores tragedias de la historia del cine fue la muerte a tan corta edad de Murnau, tragedia incalculable para quien nos ha dejado obras maestras tan maravillosas como Nosferatu, El último, Amanecer y Fausto. Fausto es arrebatadora, sublime, maravillosa, fascinante, soberbia... Un canto a la belleza y al amor, un reencuentro con lo maravilloso desde las cloacas, un recorrido inolvidable creado por uno de los mayores poetas de este divino arte que es el cine.
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El enemigo de las rubias (1926) de Alfred Hitchcock, no es la primera de sus películas mudas pero sí la que el propio director reconoce como tal, y con razón pues en ella se oye la personal y magistral voz del gran director que fue Hitchcock, con su innegable talento y su perpetua obsesión por los personajes que son acusados injustamente. Por desgracia no la he podido disfrutar sino en una copia en dvd muy deficiente. Lo suyo sería restaurarla y esmerarse en que los intertítulos no tengan erratas. Un poco de cariño y de amor por el buen cine.
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El cantor de jazz (1927) Alan Crosland. La primera película hablada, parcialmente, de la historia del cine es al mismo tiempo un clásico del musical que ha sido reeditado en doble dvd con interesantes extras.
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Amanecer (1927) de F.W. Murnau. Es una obra maestra del cine, con una sensibilidad especial, con todo el talento del gran director al servicio de una historia romántica, maravillosa. Una de esas películas que justifican la existencia del cine y de la especie humana.
Amanecer (1927) de F.W. Murnau. Es una obra maestra del cine. El talento de Murrnau florece en una película maravillosa, magníficamente fotografiada, siendo una historia tan sencilla e inolvidable que el romanticismo rara vez ha tenido mayor expresión cinematográfica. Poco después apareció el cine sonoro, pero esta película muda en realidad podía hablar sin sonido.
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Napoleón (1927) Abel Gance. Una obra maestra del cine visualmente fascinante, innovadora y arrolladora, como la personalidad retratada quizá con demasiada admiración. A Coppola debemos una versión remasterizada de menos de 4 horas, pero la cinemateca francesa ha recuperado una versión de 333 minutos con la partitura original.
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El fantasma de la ópera, Rupert Julian (1927). El clásico del género interpretado por Lon Chaney quizá sea todavía la mejor adaptación de la célebre historia. Una película magnífica, imprescindible. 
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Garras humanas (1927) de Browning es una película bien llevada por el director de la inolvidable obra maestra "La parada de los monstruos"
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El viento (1927) Victor Sjöstrom. Es un clásico del cine mudo con la interpretación de Lilian Gish y una narrativa tan lograda que se oye el viento. Magistral.
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El fin de San Petersburgo (1927) Vslevolod Pudovkin. Un film admirable, digno representante del poderoso, revolucionario y poético cine soviético de los 20 (cuya cima es La tierra, de Dovzhenko de 1930). A las inquietudes obreras y sociales se unen un montaje vivo y vibrante, y momentos de un gran lirismo.
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Los muelles de Nueva York (1928) Josef von Sternberg. Una de las obra maestras del cine mudo (y de Sternberg) desbordante de romanticismo, sensualidad, delicadeza, belleza emergiendo de los arrabales y poesía fluyendo mágicamente a cada fotograma. Bellísima e inolvidable película en la que Sternberg demostró ser un maestro de la composición y se aventuró con insólitos y geniales planos que aún poseen una maravillosa fuerza y armonía visual. Cine del que hace amar el cine. 
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La caja de Pandora (1929) G.W. Pabst. Uno de los clásicos más memorables y arrebatadores del cine mudo, cuenta con una Louise Brooks que, con todo merecimiento, ha entrado en los anales del cine por el personaje de Lulú, encantadora y peligrosa, ambigua femme fatale símbolo extremo de la feminidad, frágil e ingenua pero también manipuladora y trepadora. Adaptando con licencias a Wedekind, el director G.W. Pabst logró una película magistral que posee una sensualidad y erotismo latentes nada despreciables. Louise Brooks con un arma humeante en sus manos no se queda corta ante Rita Hayworth en Gilda...
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El hombre de la cámara (1929) Dziga Vertov. A la historia del cine le faltaría algo sin esta película única, que hermana el documental con la experimentación, la vanguardia y con el propio medio cinematográfico, se alza como un vigoroso fresco con un aliento poético propio. Y con un humor muy particular.
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Los cuatro cocos (1929) Joseph Stanley y Robert Florey. La primera película protagonizada por los Hnos. Marx es un tesoro medio escondido, del que rara vez se habla pero que posee el talento irreverente que les hizo imprescindibles ya en nuestras vidas.
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20/1/10

1930-39


está pelín descoyuntado pero aquí hay algunas películas
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La Tierra (1930) Alexander Dovhzenko. Dijo Petrarca que quien puede decir cuanto ama, pequeño amor siente. Esta magnífica sinfonía de la tierra y la alegría de vivir deja en evidencia a las palabras, que se desmayan ante su grandeza. No se le puede hacer algo de justicia a esta obra maestra del cine por la que uno siente la enorme gratitud de estar aún vivo. Poesía desde las entrañas de la tierra y del corazón humano.
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La edad de oro (1930) de Luis Buñuel es la película surrealista por antonomasia, profundamente subversiva y liberadora, en la que el gran director español crea algunas de las imágenes más memorables de la historia del cine.
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El ángel azul (1930) de Josef Von Sternberg es el descubrimiento de Marlene Dietrich en un papel de mujer fatal y seductora, hábilmente dirigida y fotografiada por su mentor.
El ángel azul (1930) Josef Von Sternberg. Con el sonoro, durante un breve período, se rodaron versiones de una misma película en varios idiomas. Gracias a su restaurada edición en doble dvd se puede disfrutar (y padecer) con la versión original en alemán y la versión original en inglés de este clásico en el que un maduro Emil Jannings cae en las redes de una mujer fatal, Lola Lola, interpretada por Marlene Dietrich.
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Bajo los techos de París (1930) René Clair. Una película con encanto, que siendo sonora utiliza sobre todo los recursos propios del cine mudo, y resulta un verdadero placer. Deliciosa.
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La aldea maldita (1930) Florián Rey. Probablemente la mejor película del cine mudo español. El autor finalmente la sonorizó en Francia, y años más tarde realizó una versión que palidece ante el original, aún siendo completamente sonora y realizada con más medios. 
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Vampyr (1931) Carl Dreyer. Del maestro Dreyer sólo se puede esperar una película magnífica o una obra maestra, un auténtico monumento al cine y a la vida. Clásico del terror.
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Tabú (1931) F.W. Murnau. La última de las obras maestras de Murnau contó con la producción y colaboración del pionero del documental Robert J. Flaherty. Es una película maravillosa, llena de la gloriosa poesía que hizo de Murnau uno de los directores imprescindibles de la historia del cine. Murnau murió poco antes del estreno de la película... se dice que profanó un lugar considerado tabú.
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M, El vampiro de Duseldorf (1931) de Fritz Lang, pocos directores tienen tantas obras maestras como el inquietante Lang, y ésta joya terrorífica, lóbrega, refleja los temores de una época con una profundidad y una maestría apabullantes.
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Muchachas de uniforme (1931) Leontine Sagan. Una de las películas más sublimes de su época, este alegato a favor de la pasión, del amor, más allá de las rígidas convenciones y la cortedad de miras, supone un hito en la representación del deseo femenino hacia otras mujeres, pero sobre todo es una película que trasciende las épocas e incluso su argumento (sensual y delicadamente desarrollado con una labor de dirección magistral) alcanzando lo universal a través de lo particular.
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Viva la libertad (1931) René Clair. El talento de Clair, una vez más al servicio de una película deliciosa, pero con su carga social y crítica evidente, aún en su comicidad, inspiró sin duda a Chaplin enTiempos modernos. Clair se sintió halagado por servir de inspiración para el gran Chaplin, y hoy en día ambas películas son sencillamente clásicos.
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Un gran reportaje (1931) Lewis Milestone. La primera adaptación quizá queda un poco por detrás de las dos siguientes, auténticas obras maestras, pero constituye una película muy digna, con multitud de aciertos, a fin de cuentas Milestone era un buen director y sabía lo que hacía.
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Vampyr (1932) Carl Dreyer (los hallazgos de Dreyer son impagables, como sus obras maestras, y aquí hay una nueva muestra de lo que es el arte cinematográfico, quizá con decir que es una película de uno de los mejores directores de la historia del cine...)
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Vampyr, de Dreyer
_Gracias a un amigo he logrado ver, en un lujazo total de pack con doble dvd y libreto con 100 páginas, Vampyr, una de las obras maestras del gran maestro del cine Carl Theodor Dreyer. Este hombre, como quien no quiere la cosa dejó para la historia títulos como la algo olvidada pero magnífica Mikael, y obras maestras como la muda La pasión de Juana de Arco, y las sonoras La palabra (Ordet), y Gertrud, sin olvidar Dies Irae.
_Como este buen hombre era de esos artistas tocados por la gracia divina, ver una película de Dreyer es un acontecimiento al que se acude con reverencia, consciente de que uno está ante algo sagrado y maravilloso. Y uno espera lo sublime, y no lo encuentra, encuentra aún más, porque Dreyer todavía nos da más de lo que pudiéramos esperar, tal es su grandeza, su misterio, su maestría. Un artista.
_Desde hace décadas, Vampyr hace correr ríos de tinta que no pueden expresar la obra maestra, increíblemente audaz y moderna todavía, recordar que se filmó hacia 1932, que sigue siendo. Dreyer hizo un clásico del terror (muy imitado por cierto) y una película de vanguardia como quien respira, ahí es nada.
_Yo me siento incapaz de escribir algo a la altura de una obra así, simplemente todo se queda corto. Dreyer nos lleva muy lejos, como en cada película suya. Si tuviera que puntuarla le daría 11 sobre 10. Obra maestra es poco. Es aún más que eso, indaga, recorre, atraviesa, hurga en el misterio terrible y gozoso de la vida.
_Vivir para ver Vampyr, y no poder contarla, por suerte, pero sentirla en cada poro del alma. Superior a las palabras, la razón de que exista el cine y sea un arte.
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La parada de los monstruos (1932) de Tod Browning. Una obra maestra del séptimo arte (o quizá octavo que la fotografía nació antes) y una cima humana de envergadura. Sus personajes y la historia son inolvidables.
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Boudú salvado de las aguas (1932) Jean Renoir. Deliciosa, desenfadada, encantadora y pícara película que es una pequeña maravilla del maestro Renoir, que con tanta genialidad logró transmitir la alegría de vivir.
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Scarface. El terror del hampa (1932) Howard Hawks. Una obra maestra del cine sobre gánsteres, una demostración más del talento de uno de los mejores directores de la historia del cine. No hay más que ver su abundante y magnífica filmografía para descubrir, sin dudarlo dos veces, a un director enorme, a un maestro
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King Kong (1933) Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack. Las modernas versiones de King Kong, por muchos efectos sofisticados que empleen, incluso las técnicas digitales, carecen del encanto y aliento lírico de este clásico que conjuga la aventura, el terror, la exuberancia poética y un latente erotismo que hacen de esta obra imperecedera (y que nunca podrá ser igualada o superada) una de las películas imprescindibles en la historia del cine.
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El hombre invisible (1933) James Whale (un clásico de un gran maestro de la dirección, James Whale, que por si no había entrado en la historia con Frankenstein aún insistió en realizar películas maravillosas como ésta y La novia de Frankenstein)
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L'atalante (1934) Jean Vigo. Maravilloso clásico del cine francés que arrebata de pura poesía. La prematura muerte de Vigo fue una tragedia. Esta bella y poética película se compara a veces con la también maravillosa Amanecer de Murnau.
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La cena de los acusados (1934) W.S. Van Dyke. Una deliciosa comedia detectivesca que es un pequeño clásico de las grandiosas comedias americanas de los 30. Además el comienzo de una exitosa saga.
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La alegre divorciada (1934) Mark Sandrich. Un gran clásico del musical con la mítica pareja Fred Astaire y Ginger Rogers, magníficos secundarios y una combinación con la comedia muy lograda. Una delicia inolvidable.
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La gran aventura de Silvia (1935) de Cukor, es una pequeña joya en las magníficas filmografías de George Cukor, Katherine Hepburn y Cary Grant. Deliciosa, divertida y hecha con ese cariño tan especial de tantas películas antiguas rodadas en blanco y negro.
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La novia de Frankenstein (1935) James Whale (por una vez en la vida una sequela digna, incluso quizá mejor que el original, una joya para la eternidad, memorable)
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Una partida de campo (1936) de Renoir, es una de las películas de las que llevaba años oyendo hablar maravillas, y con toda la razón. Es deliciosa, una joya del cine como quizá no haya otra jamás. Me ha dejado tanta miel en el alma... Me parece poco decir que es una obra maestra, es un canto a la vida tan delicado, fluye en ella tanta poesía, belleza y ternura que se siente la dulce brisa del campo y la verdadera alegría de vivir. Y es extraña la vida, pues esta película la hicieron entre Renoir y el azar, pues en realidad no llegó a terminarse y se quedó así, realmente sin un segundo de más ni de menos, apenas un mediometraje, pero de una hondura conmovedora, de una belleza tan desbordante... Me ha costado verla con subtítulos porque cada palabra me robaba parte de imágenes dignas sucesoras de Renoir padre, y perderme las maravillosas interpretaciones en francés también es derramar miel al mar... realmente ¡qué pena no saber francés para disfrutarla del todo! Ah, ahora que recuerdo... hay otra película que tampoco está terminada y es una obra maestra, se trata de El sur, de Erice, que debía tener toda una segunda parte casi de la duración de la actual, pero el productor dijo que hasta ahí y así se quedó... desde entonces Erice y el productor, ya no hacen migas, claro, sin embargo quizá así hemos ganado una película a la que en realidad no parece faltarle, valga el fácil juego de palabras, el norte.
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::: En alas de la danza / swing time, de George Stevens (1936)
El cine puede ser testimonial, realista y comprometido, o un entretenimiento sin más, lo que no es poco cuando esa diversión, alegría, esos momentos deliciosos nos los ofrecen una pareja tan maravillosa como Fred Astaire y Ginger Rogers en esta comedia musical. Aunque esta gran pareja de bailarines quizá tuvo en "Sombrero de copa" su obra maestra, "En alas de la danza" tiene el encanto que les hizo famosos, y se ve con una sonrisa... Ah, no me resisto a dejar de reivindicar el gran talento para la comedia de Ginger Rogers, que demostró sobre todo en el clásico "Me siento rejuvenecer", allí junto al gran Cary Grant...
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Al servicio de las damas (1936) de Gregory La Cava. Es una comedia clásica, que merecería ser más conocida, pues está muy lograda, posee un toque propio que no se queda corto ante el gran maestro Lubitsch. Una maravilla.
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El bosque petrificado (1936) de Archie L. Mayo es una insólita película basada en una obra de teatro en la que aparece una Bette Davis soñadora (alejada de sus célebres papeles) y un actor entonces desconocido en busca de una oportunidad (que le llegó de la mano de Leslie Howard) un tal Humphrey Bogart, que hace de tipo malo.
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Sabotaje (1936) Alfred Hitchcock. Una de las mejores películas de la etapa inglesa del maestro del suspense. Puro Hitchcock, cine del que hace amar el cine.
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La reina de Nueva York (1937) de William A. Wellman, es un ácido y desternillante clásico de la comedia americana de los 30, interpretada maravillosamente por la magnífica Carole Lombard y por un no menos estupendo Fredric March. Aunque no lo bastante conocida, es una joya.
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Damas del teatro (1937) Gregory La cava. Es una obra clásica de la comedia americana, con grandísimas actrices como Katherine Hepburn y Ginger Rogers, además de unos chispeantes diálogos que hacen las delicias del público gracias también a la habilidad de un director de indiscutible talento (como corrobora su clásico Al servicio de las damas) aunque no lo bastante valorado como La Cava. Una joya.
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Siempre Eva (1937) Tay Garnett. Entre las joyas de la esplendorosa comedia norteamericana de los 30 se encuentra esta maravilla ambientada en el mundillo del cine de un director a reivindicar urgentemente: Tay Garnett.
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ha nacido una estrella (1937) de William A. Wellman, es una buena película (aunque es más conocida la versión del mismo título dirigida por Cukor, de quien parte en cierto modo la historia) sobre la decadencia y ascensión a la fama, en este caso en Hollywood. Un drama bien interpretado por Fredrich March y Janet Gaynor. Una versión restaurada haría justicia a la calidad del film.
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Alexander Nevski (1938) Sergei Eisenstein. La magnífica simbiosis entre imagen y música, muestras depuradas del talento de dos creadores del talento de Eisenstein y Prokofiev, no es la única razón que eleva esta película a la categoría de clásico, pues para la historia del cine queda la secuencia de la batalla...
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Eternamente tuya (1939) Tay Garnett. Esta película es una de las joyas escondidas en la filmografía de Garnett, con un argumento original, atractivo, que el director sabe llevar sacándole todo el partido posible. Muy bien interpretada, se trata de una comedia muy agradable.
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Mamá a la fuerza (1939) Garson Kanin es una comedia muy digna con David Niven y una estupenda actriz muy dotada para la comedia, Ginger Rogers, a quien sin embargo se recuerda sólo como pareja de baile de Fred Astaire, ¡qué injusticia!
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locos del aire (1939) con Laurel y Hardy, dirigida por Eadward Sutherland, es un clásico de la comedia con la irrepetible pareja del gordo y el flaco, que hacen de las suyas en la legión extranjera. Es más famosa su época con Hal Roach, pero esta película tiene momentos geniales y posee verdadera alegría de vivir.
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Sólo los ángeles tienen alas (1939) de Hawks, (con Cary Grant, Jean Arthur y una Rita Hayworth que no puede dejar indiferente a ningún hombre al que le gusten las mujeres) es una película ágil, dinámica, física e incluso tópicamente masculina en la tradición clásica del director, pero también aborda con bastante franqueza las cosas verdaderamente importantes y trascendentes en la vida, la amistad, el amor, la lealtad, el deber, y sus contrarios, la traición, el odio... Sentimientos y vida sin maquillaje.
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Amarga victoria (1939) Edmund Goulding. Una de las interpretaciones más memorables de Bette Davis en esta obra maestra del melodrama rodada en uno de los mejores años del Hollywood clásico, quizá por eso algo a la sombra de películas más recordadas.
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::: La historia del último crisantemo / zangiku monogatari, de Kenji Mizoguchi (1939)
El cine japonés, y el oriental en su conjunto, fue ignorado en occidente hasta los años 50, pero esta magnífica película demuestra no sólo el talento y la delicadeza de Mizoguchi sino lo que el resto del mundo nos estábamos perdiendo. La historia del último crisantemo es una película tan humana, profunda y bien hecha que hace palidecer por su maestría a tantas que carecen de su sensibilidad y amor por el detalle, la historia, la composición, la fotografía y los personajes. Aunque las películas de Mizoguchi pueden calificarse como dramas, su mirada humanista hace del camino del corazón, por adverso que sea, una victoria sobre las mediocridades, mezquindades y obstáculos sociales o familiares. Sólo añadir que Mizoguchi es un director excelente y esta película una obra maestra.
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19/1/10

1940-49









está pelín descoyuntado pero aquí hay algunas películas
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Luna nueva (1940) Howard Hawks. La adaptación del maestro Hawks tiene un giro argumental muy interesante al proponer que uno de los personajes sea mujer, lo que le da aún más juego a un guión ya de por sí impagable
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El gran Mc Ginty (1940) Preston Sturges. El genial guionista (y director) debutó tras las cámaras con esta sátira política que es un apreciable film menor en la obra de este maestro de la comedia americana. Lo que no es poca cosa.
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Los viajes de Sullivan (1941) Preston Sturges. Una obra maestra del gran Sturges. Una película maravillosamente divertida, con trasfondo social y reflexión sobre el quehacer cinematográfico, además de una vitalidad realista, apabullante y gozosa. ¡Qué bonito es reír!
-Bola de fuego (1941) Howard Hawks. Obra maestra de un maestro, con guión del maestro Billy Wilder, fotografía del maestro Gregg Toland... interpretaciones de Gary Cooper y Barbara Stanwyck y un genio en la dirección llamado Howard Hawks... Con todos estos ingredientes el resultado es un plato delicioso, una espléndida y arrebatadora comedia que sin duda pertenece al selecto club de las mejores películas de la historia del cine.
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Las tres noches de Eva / the lady Eve, de Preston Sturges (1941)
Barbara Stanwyck y Henry Fonda protagonizan esta deliciosa, sensual, ingeniosa y gran comedia, picarona y llena de delicadeza, del gran director y guionista (antes guionista y luego ambas cosas) Preston Sturges. Con momentos sublimes, diálogos maravillosos e interpretaciones magníficas esta película hace honor al talento y prestigio de Sturges. Telegráficamente: una obra maestra.
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Serenata nostálgica (1941) de Stevens, es una película que engrandece el corazón y emociona hasta el último fotograma, que hace sonreír, pero puede hacer llorar por las cosas que hacen reír y luchar y llorar a tantas mujeres y tantos hombres... una película preciosa, bonita y buena.
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El último refugio (1941) Raoul Walsh. La película que lanzó al estrellato a Humphrey Bogart, con Ida Lupino, guión adaptado por John Huston, la sabia dirección del gran Walsh, y un final, en todos los sentidos, en la cumbre. Sin paliativos, ni en su negrura ni en su ternura. Magnífica película.
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El arca de oro (1941) George Marshall. Una película que posee ese toque de la comedia americana clásica, alegre y chispeante, con un James Stewart tan apropiado como siempre.
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La mujer pantera (1942) de Jacques Tourneur es un clásico el cine de terror, pero clásico con mayúsculas, una película enorme y sin embargo sencilla y sin efectismos, sino sutil y embriagadora, en la que el uso de la elipsis y de la imaginación del espectador son fundamentales. Una obra maestra de un autor que merece ser mucho más reconocido de lo que lo es.
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El libro de la selva (1942) Zoltan Korda. Esplendoroso clásico del cine de aventuras basado en el relato de Kipling. Una gozada.
-Meshes of the afternoon (1943) Maya Deren y Alexander Hammid. Un corto clásico, fascinante, surrealista, gótico, poético, y quizá reivindicativo y feminista...
-::: La mitad del paraíso / the demi-paradise, de Anthony Asquith (1943)
¿Se puede hacer una película propagandística, hacerla en mitad de una guerra y que resulte una comedia ingeniosa, alegre, que trascienda lo panfletario para ir más allá, al ser humano, a las relaciones personales, al carácter de una nación que hace gala de sus mejores armas? Si, claro que se puede... esta película afirma los lazos entre ingleses y rusos enmedio de la segunda guerra mundial y utiliza el humor inglés (¡qué gran arma!) para hacerlo, y de paso, como quien no quiere la cosa, nos desvela que el humor es un arma sólo comparable a la templanza. En pocas palabras, una delicia.
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Arsénico por compasión (1944) de Frank Capra. Es una obra maestra de la comedia con toques de ambientación terrorífica y una historia indeleble, entre negra y luminosa. Además cuenta con una de las interpretaciones más divertidas del grandísimo Cary Grant. Una maravilla.
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La torre de los siete jorobados (1944) Edgar Neville. Una maravillosa comedia fantástica llena de originalidad, es la obra maestra que mejor expresa el talento de Neville. Imprescindible en la historia del cine español, y la prueba de que se puede hacer una película profundamente castiza sin por ello caer en la españolada. Una película con entidad propia, y de esas no hay muchas. Y es deliciosa
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La vida en un hilo (1945) Edgar Neville. El talento de Neville se demuestra una vez más en este delicioso clásico de la comedia española, en el que el autor plantea en tono amable y desenfadado el papel del azar en nuestras vidas. Esto dicho así podría ser una cosa grave y altisonante, pero Neville deja que todo cobre una maravillosa levedad y la película fluya con alegría y vitalidad. Y así el resultado es una comedia llena de encanto, recorrida por la magia y la fe en la vida.
-Detour (1945) Edgar G. Ulmer. Es una de las obras maestras del cine negro, y una de las películas más fatalistas de la historia del cine. Un halo de emboscada del destino se cierne como algo más que una amenaza sobre unos personajes abocados a la perdición sin posibilidad alguna de hallar un final feliz. Casi existencialista, es un film memorable y milagroso en cierto modo, a pesar de su negrura, pues se trata de una obra realizada en una productora de ni se sabe qué categoría, con medios ínfimos pero que confirma de nuevo que lo más importante en el cine es el talento. Y Detour es una magnífica muestra del talento cinematográfico de Ulmer.
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Recuerda (1945) Alfred Hitchcock. Al magisterio de Hitchcock (tardíamente reconocido por la nouvelle vague, pues durante décadas se le vio como un mero autor comercial) y su constante del falso culpable se unen en esta película los decorados oníricos de Salvador Dalí (a quien acusaban de Avida Dollars) y las interpretaciones de Gregory Peck y la maravillosa Ingrid Bergman. Valga el juego de palabras, pero es de las películas que se recuerdan.
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Breve encuentro (1945) David Lean. Es una magnífica película con momentos inolvidables que han quedado grabados en la historia del cine. Un retrato de la pequeña burguesía británica de la época minucioso y admirable. Una historia sentimental desarrollada con un estilo narrativo soberbio. Una joya que hizo pensar a Wilder en el personaje que les presta "El apartamento".
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El sureño (1945) Jean Renoir. Cuando se ha logrado la maestría en el arte cinematográfico de un Jean Renoir sucede que obras tan vitalistas y apreciables como esta película quedan algo a la sombra de obras maestras como Una partida de campo o El río, sin las que el cine e incluso la vida carecerían de sentido. Esta pequeña joya escondida es sencillamente maravillosa, y es que la bondad, el talento y la alegría de vivir de Renoir recorren su filmografía como la sangre las venas o el agua los ríos.
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El crimen de la calle de Bordadores (1946) Edgar Neville. Una muestra (más) del talento de Neville, autor singular y al mismo tiempo de lo más castizo, curiosa e interesante mezcla, en esta historia muy bien resuelta.
-Tierra generosa / canyon passage, de Jacques Tourneur (1946)
Jacques Tourneur ha pasado a la historia del cine y al altar de tantos cinéfilos gracias a clásicos del terror como "La mujer pantera" o del cine negro como "Retorno al pasado", pero también realizó este western en color con una fotografía y narrativa alegre, luminosa, viva, que se disfruta con agrado porque es encantador, y muestra una vez más el don de Tourneur para realizar magníficas películas independientemente del género de la película. Un tesoro escondido esperando ser descubierto.
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Narciso negro (1946) de Michael Powell y Emeric Pressburger. Un clásico del cine inglés bastante perturbador con una atmósfera enigmática muy lograda.
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El pecado de Cluny Brown (1946) de Lubitsch es, por desgracia, la última de las obras maestras de un director que tuvo varias... Hace falta decir poco más. Maravilllosa.
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Forajidos (1946) de Robert Siodmak, es una obra maestra del cine negro con una magnífica dirección (¡qué poco reconocido el indudable talento de Siodmak!) y las interpretaciones de dos estrellas emergentes: Burt Lancaster y Ava Gardner. El guión se basa en un relato de Hemingway. Un trabajo formidable, impecable.
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La escalera de caracol (1946) de Siodmak, es un clásico del cine de intriga con buenas interpretaciones y audaces recursos visuales para narrar una historia enfermiza de asesinatos en serie. Inolvidable.
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Cadenas rotas (1946) de David Lean, es la adaptación deGrandes esperanzas de Dickens. Un relato maravilloso e inolvidable, con magníficas interpretaciones.
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Latido (1946) Sam Wood. Agradable comedia, que empieza en una academia de carteristas y continúa en ambientes elegantes, con Ginger Rogers, en la que esta actriz tan dotada para la la comedia despliega su don bajo el buen hacer de uno de esos directores a los que hay que reivindicar: Sam Wood.
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::: El beso de la muerte / kiss of death, de Henry Hathaway (1947)
Este clásico del cine negro está sólidamente realizado y magníficamente interpretado, siendo además un ejemplo algo esperanzador en un género tan poblado de mujeres fatales, traiciones, pesimismo, fatalismo y amargura ante un destino más que mortal. El beso de la muerte, a pesar de su título sombrío, es un soplo de vida surgido de las tinieblas, una muestra de algo que es posible en la vida de toda persona: la redención y el cambio, una nueva oportunidad y una vida alejada de la escoria y los bajos fondos, no sólo físicos sino morales. Cinematográficamente hay escenas realmente bien construidas que alcanzan una tensión, latente desde cierto giro argumental, que desencadena el final, que no desvelaré, claro. Pero, cuando escribo esta crítica es porque siento que vale la pena ver esta película hasta el final.
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El fantasma y la Sra Muir (1947) de J.L. Mankievick es una joya más para añadir a la colección del gran director, en esta ocasión con un relato magnífico y tan romántico, misterioso, y magistralmente interpretado y desarrollado que se convierte en un espíritu sutil y profundo que se respira hasta lo más profundo del alma, y allí permanece en una bendita cadena perpetua. Una obra maestra como hay muy pocas, como no hay ninguna, pues tiene un alma propia, tiene vida propia.
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Sinfonía de la vida (1947) Sam Wood. Una buena película, llena de ternura, sobre esas pequeñas cosas de la vida que suceden a los habitantes de una ciudad de antaño. Sensible, deliciosa y llena de vitalidad, merece ser mucho más conocida.
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El asesino poeta (1947) Douglas Sirk. Una joya escondida en la filmografía del maestro del melodrama, esta magnífica película, que es un verdadero placer, plantea una intriga sobre un criminal que se obsesiona con unir belleza y muerte. Soberbia, ágil, viva y magníficamente interpretada. Casi es un crimen perdérsela.
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Cuerpo y alma (1947) Robert Rossen. Quizá la mejor película de un director que merece ser reivindicado, refleja el mundo del boxeo con una intensidad y habilidad memorables.
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Retorno al pasado (1947) de Jacques Tourneur es otra joya de la filmografía de Tourneur, siendo un clásico del cine negro con una atmósfera muy lograda.
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Los amantes de la noche (1947) Nicholas Ray. Rara vez una película logra fundir lo delictivo y lo romántico con la poesía y maestría con las que Nicholas Ray alumbró esta primera joya de su filmografía. Arrebatadora, sublime, descorazonadora, sublime.
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Berlín exprés (1948) Jacques Tourneur. El talento de Tourneur era capaz de afrontar con garantías y algo más que solvencia cualquier género. Esta película de suspense es una nueva prueba de su gran valía cinematográfica.
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Louisiana story (1948) Robert J. Flaherty. El pionero del documental presta su aliento poético a un documental financiado por una petrolera, en la que afirma la posibilidad de una armonía entre la naturaleza y el desarrollo industrializado moderno. Su celebración de la belleza y la vitalidad, siempre presentes en su obra, aquí sin embargo está al servicio de una industria que en nada beneficia a la naturaleza. Admirable cinematográficamente y con el talento y sensibilidad de un poeta de la imagen, aunque iluso en su planteamiento.
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El amor (1948) de Roberto Rossellini. Es un homenaje a Anna Magnani compuesto por dos episodios, uno basado en Jean Cocteau y otro en Fellini, que también actúa. Inolvidable.
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Fort apache (1948) de John Ford, es una película magistral llena del talento y generosidad del gran director, con sus personajes maravillosamente retratados y su gran don para hacer de una película no sólo un auténtico acontecimiento sino algo que late con vida propia, better than life! como dicen los americanos. ¡Qué grande! Un western memorable con Henry Fonda, John Wayne y Monument Valley.
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Al rojo vivo (1949) de Raoul Walsh. Es un clásico interpretado magníficamente por el gran James Cagney, un tipo de mucho cuidado, patológicamente influido por su madre. Inolvidable y sobrecogedora su reacción a cierta noticia en la cárcel.
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El perro rabioso (1949) de Akira Kurosawa, es una película policíaca con influencias neorrealistas en la que se deja traslucir el humanismo del gran director, en este caso incidiendo en el sentido de la responsabilidad y en la virtud de la perseverancia. Al año siguiente el mundo entero descubrió a Kurosawa gracias a Rashomon.
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La carta (1949) de William Wyler, es un magnífico melodrama con excelentes interpretaciones, inolvidable Bette Davis en un papel de los que la hicieron célebre, y la sabia dirección de un director quizá algo subestimado como William Wyler.
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El abrazo de la muerte (1949) Robert Siodmak. Una obra maestra del cine negro, en la que tras Forajidos se vuelven a encontrar Burt Lancaster y el todavía no lo bastanta valorado Robert Siodmak. La escena en la que suenan las sirenas es para las antologías, al igual que esta película.
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El manantial (1949) King Vidor. Una película que rezuma vitalidad enfrentada a mediocridad y maldad, una lucha en las alturas de la inteligencia, el corazón y el espíritu que defiende con nobleza la valentía de ser uno mismo, a pesar de todas las mediocridades y zancadillas mayoritarias. Cine del bueno, del valiente, del que ensancha el alma y reafirma lo mejor de la humanidad.
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18/1/10

1950-59

está pelín descoyuntado pero aquí hay algunas películas
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-La jungla de asfalto (1950) John Huston. Magistral clásico del cine negro al que no le falta ni sobra un solo fotograma. Admirable y con caracteres e interpretaciones sobresalientes. Para mitómanos y entusiastas de Marylin Monroe, además aparece en breve papel.
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El río (1950) Jean Renoir. Una de las películas que hacen del cine un verdadero arte, y de la invención de cinematógrafo una bendición para la humanidad. Obra maestra (y no la única) de uno de los grandes maestros del arte cinematográfico. Una de las mejores películas de la historia del cine.
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Francisco, juglar de Dios (1950) Roberto Rosselini. Una obra maestra (y ya van varias) del maestro Rossellini, que compone una película desbordante de belleza, sencillez y armonía entre la naturaleza y el ser humano, narrando episodios de la vida de San Francisco de Asís. A su belleza el maestro italiano añade nuevas vías de expresión artista (Rossellini era un artista, no como tantos otros autoproclamados artistas pero meramente mercaderes del diseño) sorprendentes y provocadoras que dan a este clásico una modernidad siempre fresca, vital y fascinante. Música para el alma, con uno de los finales más gloriosos de la historia del cine. Alabado sea el cine.
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Diario de un cura de campaña (1950) Robert Bresson. La obra homónima de Bernanos fue adaptada con el rigor y seriedad respetuosa que merecía, y Bresson alumbró una obra sublime, de honda respiración y, por una vez en su original y esencial filmografía, logró tanto éxito entre la crítica como entre el público. Además de, como quien no quiere la cosa, crear una  de las obras maestras de la historia del cine.
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Sin conciencia (1951) Bretaigne Windust. Película en parte rodada por el gran Raoul Walsh, sin duda llevada con buen pulso, incomprensiblemente poco conocida, pero sin embargo una magnífica muestra del policíaco.
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Surcos (1951) José Antonio Nieves Conde. Una obra maestra del cine español, que expresa el drama de una familia que abandona el campo atraída por el engañoso brillo de la gran ciudad. Soberbia en todos los sentidos, aún hoy sorprende la valentía del planteamiento y el latido de realidad que la recorre. Quizá la obra cumbre del neorrealismo español.
-Esa pareja feliz (1951) Luis García Berlanga y Juan Antonio Bardem. Una gran película con la que debutaron conjuntamente dos de los autores más importantes de la historia del cine español. Es una comedia magnífica, ingeniosa, inteligente, con chispa... Una obra maestra.
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París, bajos fondos (1951) de Jacques Becker. Es una de las mejores películas de su autor, que merece un reconocimiento mayor del que se le ha dado, al menos en mi opinión. Una gran película.París, bajos fondos (1951) Jacques Becker. Es una película espléndida, un gran clásico del cine francés, muy bien interpretada y con una admirable textura visual.
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El gran carnaval (1951) de Billy Wilder. Un retrato ácido del sensacionalismo periodístico y del lado morboso y ruin del ser humano. Inapelable.
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Brigada 21 (1951) de Wyler, es una magnífica película muy bien interpretada pero injustamente poco conocida, aunque es una pequeña e intensa joya
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Encubridora (1952) de Fritz Lang. Es un western fascinante del gran director alemán, con una no menos magnética Marlene Dietrich en un papel poderoso. Rezuma talento, belleza e intensidad.
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Vivir (1952) de Kurosawa, y no quiero desvelar la historia pero supone un alegato vitalista y también una denuncia de alcance sobre lo que es funcionar sin más en el sistema. Quizá no sea la mayor obra maestra del autor pero es tan bella incluso en su dramatismo...
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Un verano con Mónica (1953) Ingmar Bergman. Es la película que reveló internacionalmente al maestro sueco, un film vivo, bien rodado, y con la encantadora Harriet Andersson. Aunque empieza destilando una sensualidad gozosa, el recuerdo indeleble que deja es más seco. Bergman.
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Niágara (1953) Henry Hathaway. Es un film que sorprende por su rara habilidad al combinar magníficamente la trama policíaca, la ambientación con el paisaje rodada en estilo documental y la sensualidad insinuante de Marylin Monroe. Aparentemente una película comercial, en su interior una muestra de que Hathaway era un director que sabía lo que se hacía.
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la burla del diablo (1953) de John Huston, es una película llena de bromas, diabluras, un delirante disparate que es puro juego, e incluso autoparodia. Muy divertida, excéntrica y singular. Con Bogart, Peter Lorre, Jennifer Jones...
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Les vacances de M. Hulot / Las vacaciones de M. Hulot, de Jacques Tati (1953)
Esta deliciosa y delicada obra maestra sigue, cincuenta años después de su estreno, tan fresca como una rosa, tan jovial como una quinceañera, y todavía lúcida, ingeniosa e inteligente. Y una comedia inteligente es quizá lo más parecido al paraíso en la tierra. El talento de Tati es desbordante. Las escenas divertidas se suceden como si tal cosa en este gran desfile de sentido del humor. Su lucidez observadora ante la vida cotidiana es increíble.Tati agotaría los adjetivos elogiosos, pero por suerte su don no se agotó y siguió floreciendo, por ejemplo en la audaz y genial
Playtime, aunque su primer film ya anunciaba en lo que se convierte un día en que vemos una obra maestra de Tati: en un Día de fiesta.
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La puerta del infierno (1953) Teinosuke Kinugasa. Una de las películas que abrieron los ojos a Occidente: en Japón el cine estaba más que maduro y sus obras y maestros a destacar aumentan conforme mengua nuestra enorme ignorancia.
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Madame de...  (1953) Max Ophuls. Una obra maestra del genial y exquisito Ophuls, probablemente el director que mejor supo combinar la ligereza frívola, el amor por el detalle, la fluidez de movimientos en sus memorables planos-secuencia, y la tragedia amorosa, y todo con una elegancia, sentido del humor y talento que nunca fue común y menos en nuestros tiempos.  
-20.000 leguas de viaje submarino (1954) Richard Fleischer. Una de las mejores películas de aventuras jamás realizadas, sencillamente un clásico lleno del esplendor de lo maravilloso.
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-La ladrona, su padre y el taxista (1954) Alessandro Blasetti.
Esta divertidísima película es una de las joyas de la edad de oro de la comedia italiana, mantiene un tono deliciosamente pícaro y costumbrista, y por si fuera poco cuenta con un trío protagonista, ya mítico, de los que hacen afición: Mastroiani, Loren y De Sica. ¡Ahí es nada!. Una bocanada de aire fresco, y de personajes también frescos.

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-Godzilla, Japón bajo el terror del monstruo, Ishiro Honda (1954) Entrañable y emocionante película japonesa que empezó la saga de películas sobre el enorme monstruo Godzilla.
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- Rififi / du rififi chez les hommes, de Jules Dassin (1954)
Esta película negra, escrita con letras de oro en la historia del cine, tiene momentos impresionantes, siendo la obra maestra de Jules Dassin (que tuvo que salir de la supuesta cuna de la libertad debido a sus ideas progresistas) en Francia. El film narra con maestría un robo y sus consecuencias. Las interpretaciones, el montaje, la fotografía, la música, el guión... en fin, todo queda maravillosamente engarzado como en un collar. La película sorprendió en su momento y sigue fascinando hoy en día. Entonces ganó en Cannes y provocó una oleada de imitaciones, hoy en día sorprende por su violencia, pero también por su audacia y cierta jovialidad que aún hace más dramática la historia.
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El hombre de Laramie (1955) de Anthony Mann. Es una obra maestra del western, con James Stewart, con una historia maravillosamente narrada en toda su complejidad, ternura y violencia.
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Tierras lejanas (1955) Anthony Mann. Es un clásico del western con magníficos intérpretes de la categoría de James Stewart y el soberbio actor de reparto Walter Brennan. Además muy bellamente fotografiada, y con una historia sólida muy bien desarrollada por Mann.
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Los implacables (1955) Raoul Walsh. Espléndido western del maestro Walsh, con una maravillosa unión de narrativa vigorosa y a la vez contemplativa. Ha pasado incomprensiblemente desapercibido a pesar de su increíble calidad, y de contar con un reparto encabezado por el mítico Clark Gable.-


-Historias de la radio (1955) de José Luis Saénz de Heredia.Es una buena película que retrata con humor, y un reparto de los que hacen época, la España de la época, en la que la radio era importantísima.
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Las amigas (1955) de Antonioni, es un film poco conocido del autor, aunque digno, pues su fama se debe a los caminos que abrieron sus obras sobre la incomunicación, sobre todo "La aventura". Es una película en la que se apuntan las motivaciones y constantes de su obra más famosa.
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El beso mortal (1955) Robert Aldrich. Una gran película de cine negro con interpretaciones soberbias y una magnífica labor de dirección, una atmósfera lograda, densa, violenta y uno de los finales más impactantes que jamás se han rodado.
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La canción del camino (1955) de Satyajit Ray es una obra maestra absoluta de la historia del cine. Magistral en todos los aspectos, inolvidable y maravillosa. El maestro Kurosawa admiraba profundamente la trilogía de Apu, que empieza con esta joya.
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La casa de bambú (1955) de Samuel Fuller es una de las películas más logradas de un director que no fue profeta en su tierra, que fue admirado y reivindicado por la nouvelle vague francesa y curiosamente (o no tanto) poco valorado o vituperado en su país, Estados Unidos.
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Ellos y ellas (1955) Joseph L. Mankiewicz. Deliciosa comedia musical con Frank Sinatra y Marlon Brando, y también con la chispa y diálogos ingeniosos, brillantes, del genial Mankiewicz. Y romántica.
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::: Escrito sobre el viento / written on the wind, de Douglas Sirk (1956)
Esta magnífica película eleva el melodrama a la categoría de arte. No sólo dignifica un género que en manos menos hábiles acaba siendo sensiblero y vulgar sino que hace de una historia propensa al efectismo todo un tratado de contención y maestría. Maestría en cada plano, en cada composición, en cada detalle, en cada interpretación, todas soberbias... Esta película ostenta con todo merecimiento el honor de ser la cumbre del género, gracias a la labor de un maestro, no sólo del melodrama sino del cine, como demuestra en este film sobre la decadencia de una sociedad y las pasiones que la recorren.
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Alta sociedad (1956) es el remake musical de la obra maestra "Historias de Filadelfia". Dejando de lado las odiosas comparaciones, es una película agradable y divertida que deja buen sabor de boca y cuenta con canciones de Bing Crosby acompañado del gran Louis Armstrong, y a Grace Kelly en el papel protagonista.
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La invasión de los ladrones de cuerpos (1956) de Don Siegel, que marcó una época y sigue aterrando hoy en día. Don Siegel es otro gran director que aún no ha sido lo suficientemente valorado, y esta película es un clásico.
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El loco del pelo rojo (1956) Vincente Minnelli, es una magnífica biografía del gran pintor Vincent Van Gogh, que desborda la vitalidad luminosa y torturada del genio holandés gracias a las grandes interpretaciones de Kirk Douglas como Van Gogh y Anthony Quinn como Gaughin, dirigida con maestría por el gran Minnelli.
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Más dura será la caída (1956) Mark Robson. Uno de los clásicos del cine de boxeo, que refleja abiertamente las prácticas sucias y desvergonzadas de las mafias del ring, y que lamentablemente cuenta con la última interpretación del mítico Humphrey Bogart.
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Baby Doll (1956) Elia Kazan. La especialidad del director eran los ambientes turbios, viciados, los sentimientos y pulsiones en bancarrota total, y en esta candente adaptación de una obra de Tennesse Williams hay mucho de esto. Unos años más tarde Kubrick rodaría Lolita...
-Doce hombres sin piedad (1957), un clásico, que es un juicio del jurado, bien dirigida por Lumet, una película lúcida y que da mucho que pensar sobre la naturaleza humana... Y con interpretaciones soberbias.
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Ángeles sin brillo (1957) Douglas Sirk. Esta magnífica adaptación de la obra de William Faulkner es una muestra más del talento de Douglas Sirk, director cumbre del melodrama, que en esta ocasión crea un drama en blanco y negro, alejado del maravilloso uso del technicolor del que hizo uso en otras obras, que revela a un maestro que no precisa de alardes, artificios ni demás (como algún presunto sucesor) para crear una obra verdaderamente dramática pero nada efectista, sino depurada, honesta y profunda. Y con excepcionales interpretaciones. Obra maestra. 
-Chantaje en Broadway (1957) Alexander Mackendrick. Una magnífica película que muestra las miserias morales de agentes y periodistas que se mueven en el mundo del espectáculo. Interpretaciones espléndidas y gran dirección de Mackendrick, aderezada además con una una música que le va como anillo al dedo y la maravilllosa fotografía del maestro Wong Howe. Como poco un pequeño clásico.
-Noches blancas (1957) Luchino Visconti. La obra original de Dostoyevski es inolvidable y casi rompe el corazón, en su adaptación Visconti se permite licencias con cambios cronológicos, de lugar e incluso en matices de los personajes, pero aún prefiriendo el relato original del gran escritor ruso, la película posee una vitalidad encomiable, interpretaciones soberbias, música, fotografía y ambientación magníficas y una sólida dirección que desemboca admirablemente en un final que es a un tiempo pudoroso y emotivo.
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Las noches de Cabiria (1957) de Federico Fellini. Una obra maestra de Fellini, llena de humanidad maltratada, de almas cándidas y también desaprensivas. Un drama, una comedia, una película inolvidable.
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Hércules (1957) Pietro Francisci. La gloria del peplum con la presencia de Steve Reeves, encumbrado tras este clásico del cine de aventuras, cuenta también con el talento en la fotografía, y parece que en labores de dirección, del luego gran director Mario Bava.


-::: Mon oncle / mi tío, de Jacques Tati (1958)
La delicadeza de Tati es maravillosa. Es un poeta. Esta encantadora obra maestra del genial Tati sólo tiene una pega: que una película así sólo se hace una vez en la vida. Se puede hacer una lista de virtudes y empezar a enumerar... tanto talento, tanta calidez, tanto encanto, buen humor... En fin, las palabras deben quedarse cortas ante algo tan grande. En el fondo, ¡qué gran suerte que hayan películas como Mi tío y darse cuenta de lo limitadas que son las palabras y lo maravillosa que es la vida vista por Tati!. Es casi una tragedia que existan tan pocas comedias con el toque Tati. Además, por si fuera poco, Mi tío es en color y con una música maravillosa deAlain Romans y Frank Barcellini, digna del lúcido y sutil observador que, además de divertido, también es Tati. Lástima que dirigiera tan poco (Playtime, Día de fiesta, Las vacaciones de M. Hulot y, claro, Mi tío, son patrimonio de la humanidad) aunque por suerte aún tenemos ojos, oídos y corazón para disfrutar con sus películas.
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Como un torrente (1958) Vincente Minnelli. El talento de su director extrae a este magnífico melodrama audaces propuestas visuales (como la sensacional escena en la feria) e interpretaciones que rezuman autenticidad. Una pequeña joya que merece ser más conocida.
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Cenizas y diamantes (1958) Andrzej Wajda. Un clásico que sigue fascinando con su historia inolvidable y una habilidad cinematográfica que alzan esta película a la categoría de obra maestra.
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El pisito (1958) Marco Ferreri. La primera colaboración entre el genial guionista Rafael Azcona y el director italiano es una comedia con mucho humor negro sobre la triste realidad de la España franquista. Una obra imprescindible del cine español.
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Rufufú (1958) Mario Monicelli. Clásico de la comedia a la italiana con un reparto excelente (Mastroiani, Gassman, Cardinale...) que da vida a un grupo inolvidable de ladronzuelos y sus andanzas.
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Hiroshima mon amour (1959) Alain Resnais. Esta magnífica e innovadora película crea un tiempo mental a partir de un relato de Marguerite Duras que en las sabias manos de Alain Resnais se convierte en un hito de la historia del cine. Talento, originalidad y un halo especial recorren esta película inolvidable.
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Anatomía de un asesinato (1959) de Otto Preminger es un clásico del cine judicial, intenso y memorable.
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