Tres páginas de un diario (1929) G.W. Pabst
Este melodrama sublime, humanista, con una delicada concepción estética y soberbia dirección del lamentablemente poco conocido, pero sí reconocido, G.W. Pabst (a la sombra de su mayor obra maestra "La caja de Pandora"), además de todos estos méritos cuenta con la presencia maravillosa de Louise Brooks, y plasma una historia en la que la generosidad se opone a la falta de amor. El final, que no desvelaré, es la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad sobre la condición humana descarriada. Una película muda que apenas usa intertítulos y expresa tanto la luminosa y radiante pureza como la perversidad y la estupidez, pero que claramente toma partido por lo mejor del ser humano, sobre todo gracias a la presencia encantadora de Louise Brooks.
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