Aún no sé si he tenido la suerte o la desgracia de ver la versión francesa de esta película de Joe Sarno. Me explico, como es bastante habitual en el cine de programa doble, double feature, grindhouse, serie B, serie Z, sexploitation y en ocasiones incluso en el cine más taquillero y hollywoodiense, lo de las dobles, triples y a saber cuántas versiones de una película ya no sorprende, y cuestiona la autoría de los directores, las fechorías de las censuras, y las argucias de productores... Quizá el ejemplo más sonado sea el "Calígula" de Tinto Brass con escenas sexuales rodadas por el productor, pero en esta película de Joe Sarno también ocurrió algo así en Francia. Aunque a mí lo del cine sexual me motiva (cosa de lo más natural porque une dos de mis mayores alicientes en la vida, las mujeres y el cine) hay momentos en los que menos es más y mostrar la explicitud sexual es un anticlimax total, una cosa absolutamente fuera de lugar, contraproducente y postiza porque deshace una armonia interna en la estructura de la película, y enfatiza lo mostrado en vez de seguir una línea marcada por lo sugerido e insinuado, que puede ser más sensual y profundo que ver todo lo que muestra la versión francesa. Se hace raro ver la película, notar el cuidado con el que se ha rodado y de repente encontrarse añadidos que no vienen a cuento y chirrían cosa mala. Lo de la suerte al ver la versión francesa, también relativa, lo comento porque el francés es un idioma que me hace tilín, pero me he quedado con las ganas de menos, de menos sexo explícito en una película que sin duda ganará tal cual la debió rodar Joe Sarno. En fin, esto no es una crítica de una película, porque realmente he visto una película manipulada que me ha dejado un sabor de boca muy agridulce, y es que uno se harta de que productores, censores y demás se pongan a meter las zarpas en lo que los directores ruedan. He sentido que en Francia atentaron contra una película más que digna, y todo por dinero, y luego se le llama sexploitation a todo este cine siendo que casi todo el cine es más o menos de explotación, sólo que Sarno intentaba algo más (a veces lo conseguía) y esta vez no lo he podido apreciar por culpa de un énfasis postizo en lo más crucial del film. Todo el film es erótico pero Sarno en su etapa erótica justamente hacía lo contrario, rodaba las escenas eróticas invitando a que los intérpretes tuviesen sexo real para dar más realismo a las escenas pero luego en la sala de montaje quitaba todo lo explícito. En esta versión se hace justo lo contrario, es una traición en toda regla al espíritu e intenciones de Joe Sarno. Otra cosa es que Sarno también realizó films sexuales, pero éste no era uno de ellos. Espero tener la ocasión de ver la versión original de este film, porque cuando he leído (*) que la versión francesa convierte en sexual lo que era erótico... En fin, que es indignante, y me pregunto cuántas veces vemos estas manipulaciones tan atroces y no nos damos cuenta. A menudo se escamotean las escenas eróticas, o se rebaja la violencia, se cambian líneas de diálogo, y mil cosas más, pero en este caso quizá es todavía más grave porque lo omitido incluso se puede dejar a la imaginación del espectador, pero lo mostrado no puede ser evitado.
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Cine para adultos. 1001 películas para 1001 noches, por Luis Miguel Carmona y Álex Bassas (T&B, 2007)