El cineasta británico Michael Reeves, de efímera trayectoria dada su prematura muerte, dejó sin embargo un par de películas más que interesantes.
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Los brujos (1967) Michael Reeves.
Una película que demuestra que el cine original se hace sobre todo con una mirada propia y talento antes que con un montón de billetes y mirando el debe y el haber. El presupuesto de baratillo no impide que un guión más que prometedor se desarrolle con originalidad, desplegando una metáfora brutal sobre el vampirismo de un establisment adulto que vampiriza lúbrica y violentamente a una juventud cándida aún en su natural hedonismo. Boris Karloff está soberbio y la interpretación de Elizabeth Ercy es inolvidable, aunque sobre todo es la convicción, intensidad y creatividad de Michael Reeves lo que elevan este film a cotas tan altas, aún no lo bastante reconocidas y valoradas.
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Witchfinder general (1968) Michael Reeves.
Reeves, un joven aunque sobradamente preparado director, como demuestra en este film realizado con entidad, aborda una historia ambientada alrededor de nauseabundas acusaciones de brujería en el siglo XVII, entre crueles y despiadados asesinatos, en esta notable película con la que se cerró su filmografía.. La muerte le llegó, o se entregó a ella, demasiado pronto.
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