25/4/10

Trilogía de la Vida, de Pasolini

Con la Trilogía de la Vida, el director italiano mostró una vez más su confianza en la cultura, regalando una celebración de la vida y la alegría del sexo, creando un arte popular sin renunciar a la belleza, inteligencia y fuerza, o al menos intentándolo. Hasta qué punto lo consiguió es discutible, pero sin lugar a dudas el escándalo y la polémica de entonces hoy resultan ridículos, pues en estas películas más que desnudos hay candor, mucha ingenuidad, algo infantil y lúdico, pues sin dudarlo Pasolini contó estas historias por el placer de contarlas. Fue criticado a izquierda y derecha, acabó sintiéndose completamente incomprendido. Llegó a abjurar de esta Trilogía, herido y furioso emprendió "Saló" y, sin verla estrenada, acabó asesinado.
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El decamerón (1971) La adaptación del clásico de la literatura erótica de Giovanni Boccaccio inicia esta trilogía mostrando el carácter popular de los personajes, una alegría chispeante, pícara y candorosa del sexo más jovial y festivo. Es una de las películas más importantes de la obra de Pasolini. Y el tiempo no la ha envejecido, se mantiene fresca, lozana, como una muchacha hermosa.

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Los cuentos de Canterbury (1972) Adaptación de la obra de Geoffrey Chaucer, es quizá la más floja de la trilogía, es más pedestre aunque intenta ser más unitaria, y subvierte de alguna manera cierta tristeza burguesa del original al afirmar que la película se ha filmado por el placer de contar.

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Las mil y una noches (1974) La tercera y última adaptación de clásicos de la literatura erótica se adentra en los clásicos cuentos de la tradición árabe, revelando un culto espiritual a la belleza y carnalidad del ser humano, un sexo que sonríe y florece, aún con sus espinas, entre el cielo y la tierra. Ha dejado para la historia del cine momentos de un lirismo maravilloso. Sin duda es una interpretación personal del original, pero su luz, su fuego y su calor, tienen la fuerza, el candor y la ternura de la mejor vida.
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Poco después Pasolini arremetió contra el fascismo de la manera más cruda e indigesta posible con "Saló", cuesta imaginar mayor diferencia entre dos películas. Una lástima, habría sido bello ver alguna otra adaptación erótica luminosa de Pasolini.
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