25/8/10

el cine sexual ha perdido la virginidad, y bastante más

_Hace poco tuve la ocasión de leer el artículo de Richard Corliss en Time, en el que habla con nostalgia de un tiempo en el que el cine sexual era verdaderamente cine sexual. Ya no entro en la distinción entre grabar en vídeo, cine digital, o el cine en 35mm (lo que se entiende por cine), sino en que salvando las excepciones, el cine sexual se ha convertido en una unión de escenas en las que por cierto parece que no hay la diversión y la entrega de los 70, quizá por la sencilla razón de que entonces el cine sexual estaba perdiendo la virginidad, era subversivo y liberador, fresco, audaz, joven, alegre y jovial. Quizá, sencillamente, el cine sexual ha perdido la virginidad, y la inventiva por lo general, porque ya no se espera del cine sexual sino la excitación, cosa normal en el género, pero en la época dorada del género, en sus mejores muestras, el cine sexual ha mostrado el sexo como parte de las complejas relaciones humanas, a veces como expresión de complicidad, alegría de vivir, y otras como mecanismo de poder, dominio, y en las mejores obras como amalgama de las pasiones más intensas (tanto buenas como malas) del ser humano. Esa capacidad e intensidad, por lo general, parece ya abandonada, y el género sigue siendo económicamente rentable, pero ha perdido su impacto social (las salas de cine X han desaparecido casi por completo y ver cine sexual en un cine convencional es imposible, aunque en alguna ocasión se ha colado algún título en una filmoteca, como homenaje a Gerard Damiano, por ejemplo) y está al margen de los circuitos del cine convencional, en una especie de isla. Es el tipo de cine que mucha gente ve, compra, se baja, pero que nunca aparece en los medios de comunicación, un secreto a voces, como si hubiera que esconderlo.
_Es lamentable que con las décadas el género haya caído en la marginalidad, en un universo paralelo, en vez de integrarse en la corriente principal, lo que muestra la engañosa apariencia de progreso en la que estamos. La situación es que el cine sexual se produce, se ve, se compra, pero que nadie lo sepa. Nunca verán un cartel anunciando una película sexual, pero una película de pornografía de la tortura, tipo "Saw", eso sí que lo veremos, una y otra vez. Resumiendo, la violencia sigue plenamente admitida en el sistema capitalista, el sexo queda relegado a una tierra casi de nadie entre lo legal y lo clandestino. No es ilegal pero se trata como si no existiera, por lo que el carácter subversivo de la época clandestina ya no lo tiene y el carácter liberador de la época de la legalización también lo ha perdido porque ahora es una práctica habitual pero no pública.
_El cine sexual más bien ha vuelto al peep-show, las cabinas y poco más. Incluso las películas más logradas se verán realmente en un dvd o en la pantalla del ordenador, y hay que recordar que en los 70 se rodaba cine sexual, para ver en pantalla grande, en pantalla de cine, con la vivacidad de los mil y un colores que fluyen desde el proyector, en la oscuridad excitante de la sala. Todo eso se ha perdido casi por completo, y yo que no lo pude vivir, siento una nostalgia atroz de esos tiempos en los que el cine sexual era cine y era sexual, porque hoy en día el cine sexual por lo general es epidérmico, descuidado, y bastante agresivo, quizá se trata de que con el tiempo se necesitan mayores estímulos para alcanzar cierta excitación, pero creo que si algún día alguien analiza sociológicamente el cine sexual sacará conclusiones más que notables sobre la sociedad occidental, la actual y la de hace décadas. También se pueden sacar conclusiones viendo simplemente las playmates de los últimos 50 años, lo que es bastante desalentador teniendo en cuenta que debería ser de lo más erótico. Sin embargo, qué aburrimiento me llega desde cierto momento, supongo que me gusta una mujer distinta a la diseñada por cirujano estético y retocada con photoshop...
_El cine sexual ha perdido la virginidad, y bastante más, quizá por eso, y más ahora, es necesario insistir una y otra vez en que el cine sexual da para mucho más, que esto no son cosas que cuentan los mayores porque sí, ni la típica idolatría, se trata de que el género por lo general ha perdido su vitalidad, y sin duda su repercusión social y mediática. En cierto modo vamos hacia atrás, y mucho, porque si bien es verdad que la oferta nunca ha sido mayor la calidad nunca ha sido menor, y empeora. El nivel ha bajado de tal manera que hoy en día a veces es más excitante la simple grabación amateur de una pareja, que aún posee cierta frescura y naturalidad que producciones de varios millones que aburren con su artificiosidad. O a lo mejor se trata, sobre todo, de que en la época dorada del género, además de guiones, desparpajo, sentido del humor, pero también del drama, los actores y actrices no solían ser de diseño, eran gente de aspecto más bien corriente, y eso daba a las películas una calidez y cercanía que con tanta silicona y alargamientos (ustedes ya me entienden) parece en vías de extinción. Será que me aburren los estereotipos del musculoso y la supercurvas, que acaban pareciendo parodias del hombre y la mujer, en vez de hombres y mujeres de verdad. Serán de verdad pero parecen sintéticos, será lo posmoderno, pero a mí me parece más bien frío.
_Seguiré rastreando en el cine sexual de los 70, donde, incluso lo más mediocre suele estar muy por encima de lo contemporáneo. Alguien dijo que la misión del arte es devolvernos a la infancia, y la mision del cine sexual (que dicho sea de paso puede llegar a ser arte) es devolvernos a la virginidad sexual, hacernos sentir que es la primera vez. Si no lo logra, en mi opinión fracasa, carece de verdadera nocturnidad, no se adentra en la jungla ni lo sobrevuelan mariposas, ni amanece un arco-iris precedido de galaxias llenas de estrellas. El cine sexual debería ser musical y poético, arrebatado, lírico y claro que sí, lúcido y porqué no lúdico. Pero también puede ser, como Gerard Damiano mostró en más de una ocasión, psicológico y dramático, pues el sexo, lejos de ser sólo una función reproductora o una diversión, además es un mecanismo de poder, con todas las implicaciones de dominio y sumisión que esto implica, y también un lenguaje lleno de matices. Por desgracia los matices se han ido a tomar viento, y por lo general el cine sexual se ha quedado en algo que se ve lo justito y después se desconecta, y al momento se olvida, no se hace parte de nuestra sangre. En otra época, ahí están las películas para demostrarlo, había mucho más.
_Quizá la virginidad una vez perdida es difícil de recordar, pero en una ocasión tuve la oportunidad de ver, de descubrir en realidad "Behind the green door", en una proyección pública en un pub, vale que la pantalla era pequeña, la luz no era la adecuada, y las copichuelas iban y venían, pero la naturalidad con la que vimos una de las grandes obras maestras del género debió ser muy parecida a la que vivieron en 1972 quienes la vieron en un cine. Aunque aquella generación, además estaba haciendo historia. Su esfuerzo y su alegría no ha sido en vano, aunque parece que mucho se ha perdido por el camino, y no me cuesta mucho entender lo que comenta Corliss, ojalá yo hubiera estado allí. De todas formas, siempre nos quedarán los clásicos para darnos cuenta de que otro cine sexual es posible, fue posible y hay pruebas, y en este blog de cine hay algunas pistas que les invito a seguir. A fin de cuentas, este blog es de cine, y el sexo más bien le interesa a casi todo el mundo (lo del "casi" quizá por si acaso alguien está de vuelta de todo...) así que para mí es de lo más natural que el cine sexual pueda interesar tanto a hombres como a mujeres. Sin embargo, como el cine sexual actual es tan... y el género está tan marginado, la mayoría jamás verá más allá de cuatro (o cuatrocientos) títulos lamentables, y eso es como si en vez de leer las obras maestras de la literatura no hubiéramos leído más que el bluff superventas, best-sellers de temporada.
_No me cansaré de insistir en que el cine sexual no es que sea tan sólo un género tan digno de respeto como cualquier otro (y con similitudes con el musical) sino que además existen títulos de notable calidad que una vez vistos no olvidarán en su vida, porque aportan cosas valiosas, y no sólo entretenimiento y excitación pasajera.
_Sinceramente, una vez tuve que dejar de ver la película "Legend of Lady blue", de lo dolorosa que me resultó, pues empieza muy romántica pero luego la cosa se tuerce. El cine sexual en realidad puede explorar las facetas eludidas del amor en el cine convencional. La dimensión sexual del amor, que el cine convencional no refleja, o apenas. El verdadero cine romántico quizá se ha realizado más en el cine sexual que en el cine convencional, y una obra poco convencional pero nada pornográfica según Lacan como "El imperio de los sentidos" increíblemente (han pasado décadas) todavía queda como un modelo en el que mirarse. Y desde entonces...
_En fin, no se conformen con lo supuestamente moderno, posmoderno, y actual, el cine sexual  empezó antes y llegó mucho más lejos, están invitad@s a adentrarse en el cine sexual que les devolverá la virginidad, para perderla gozosamente poco después.
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