23/7/10

Anyone but my husband (1975) Roberta Findlay

Anyone but my husband (1975) Roberta Findlay
En los últimos tiempos se ha empezado a hablar, como si fuera una revolución, de porno para mujeres, concepto mercadotécnico donde los haya pero que reconoce que las mujeres también disfrutan del cine sexual. Sin embargo, en el cine sexual las mujeres empezaron muy pronto a dirigir películas (cierto que sólo unas pocas) pero el caso de Roberta Findlay (a menudo firmando como Anna Riva) es notable. Aprendió el oficio con su marido, Michael Findlay, en films como en su (de él) trilogía sexploitation de la carne (bastante mala, con créditos originales), y luego empezó a dirigir, entre otras, "The altar of lust" (1971), título menor en el que interviene Harry Reems. Sin embargo a Roberta Findlay se la recuerda en el cine sexual en especial por "Anyone but my husband", film insaciablemente femenino, nada que ver con "El piano" de Jane Campion (pensado para "emocionar" sensiblemente la libido femenina) pues Findlay no se anda con chiquitas y factura escenas de furiosa sexualidad con muestras de sexo hiperbólico y bizarro, por llamarlo de alguna manera, la verdad es que no sé cómo decirlo sin decirlo... Aún más sorprendente es la ambientación musical, que contrasta por su exquisitez, lo que acentúa la transgresión, y las interpretaciones, vividas con una rara intensidad, que hacen de esta película un clásico en el que se siente la sangre, locura, ferocidad, juego y ternura del sexo. Roberta Findlay fue una pionera que abrió caminos, y llegó hace más de tres décadas donde quizá jamás llegarán las directoras de cine sexual actuales, quizá porque creció en el cine sexploitation y filmó cuando el cine sexual todavía era virgen, con ese sentimiento de liberación y conquista de nuevos territorios que hoy parece olvidado, o casi. Sobre este film, si se trata de cine sexual para hombres o para mujeres, esa es una pregunta equivocada, depende de qué tipo de sexo le guste a usted, sea hombre o mujer.
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