1/10/09

el futuro del cine, internet, edición, versión original...

_El clásico fotograma que aún hoy simboliza tantas veces el cine parece que lentamente va a ser descartado en favor de la rápida y más barata tecnología digital. La revolución digital, más allá del entrañable celuloide, en realidad tiene ventajas evidentes que al menos van a permitir que cada vez más gente, con menos dinero y medios materiales en general, pueda rodar cine, no el cine de millonarios presupuestos o rutilantes estrellas consagradas (más allá de que con esos ingredientes tanto puede salir una película memorable como intragable) pero cine libre y con una calidad de imagen y posibilidades de montaje y manipulación de la imagen que ya hubieran querido Meliés, Chomón, Val del Omar... y todos los directores que en el mundo han sido, excepto los enamorados del celuloide.
_El cine poco a poco ya se va rodando en digital (muchas de las etapas de posproducción ya se realizan en digital) y finalmente se están dando los primeros pasos en la proyección digital, sin los clásicos rollos de película. La industria del cine es partidaria del cine digital por varios motivos, entre los que priman el considerable ahorro respecto al celuloide (ya caro de por sí), que hay que revelar, tirar copias, almacenar, transportar... y de tiempo, pues el montaje en digital es mucho más costoso, laborioso y lento.
_Es imparable, y aunque parece optimista creer que el digital llevará una oferta más amplia, variada y de calidad a los cines dadas las grandes corporaciones, sobre todo americanas, que manejan la mayor parte del pastel cinematográfico, sí es evidente que al reducirse los costes se podrán emprender proyectos independientes de estas grandes corporaciones sin necesitar de tantos medios económicos. Se podrán hacer más películas con menos dinero, y el talento ya es cuestión de quien lo tenga y lo sepa encarrilar en una película.
_Sin pensar que el digital va a ser la utopía de un cine maravilloso, lúcido, responsable, humano y vitalista, creo que en los márgenes del habitual cine comercial en el peor sentido de la palabra van a aparecer cada vez más cineastas que podrán crear sus obras con mayores posibilidades que nunca. La posibilidad de llegar a audiencias medianas o grandes ya será más complicado, claro, pero se va a poder crear cada vez más cine con menos medios materiales y sin necesitar tanto dinero. Y esto favorece que incluso un cineasta o un pequeño grupo podrá aventurarse en el rodaje de una película, y luego de otra, igual que hoy en día cualquiera no teme experimentar con una cámara de fotos digital al no haber carrete ni tener que esperar al proceso de revelado para ver el resultado.
_El cine digital agiliza y democratiza el cine como ningún avance técnico hasta ahora, por lo que va a ser la mayor revolución de la historia del cine tras el logro técnico de sincronizar la imagen y el sonido.
_El cine, en realidad quizá en un plazo aún mayor no sólo se digitalice en el rodaje y exhibición sino que la exhibición se transforme y se desvíe hacia maneras más privadas de disfrutar del cine, como los canales temáticos de cine, las posibilidades de ver la película por ordenador, el móvil... Para mí, en estos momentos no está claro que el cine exhibido en una sala vaya a ser lo mayoritario en unas décadas pues quizá la mayoría de la gente no quiera ir a un local sino recibir y disfrutar de una película donde se encuentre, en su casa, de vacaciones, incluso viajando en tren o en avión si la tecnología permite vía internet recibir los archivos de una película en un portátil o en un móvil, cosa que es posible.
_Puede que la exhibición vaya siendo cada vez más minoritaria y la industria del cine se diversifique en la explotación (y ya se van viendo estas cosas) de las enormes posibilidades de internet.
_Será habitual alquilar una película por internet, recibirla en el ordenador o en el móvil y disfrutarla sobre todo en privado, aunque con los actuales sistemas de cine en casa, incluso en un comedor con un ordenador conectado a una gran pantalla un grupo de amigos pueden ver una película con total comodidad.
_El cine, por supuesto, va a seguir, pero igual que con la aparición de la televisión la mayoría de la gente eligió quedarse en casa, muchas veces viendo cine por la tele, en vez de ir al cine, es probable que en el futuro la gente prefiera quedarse en casa y ver la película en su casa que ir al cine, lo que implica siempre emplear más tiempo y cierto afán de aventura, pues ir al cine es una experiencia (buena o mala depende del resto del público, claro) y en la sociedad actual, cada vez más individualista y con la agenda apretada, si hay que elegir entre ir al cine o ver cine, ganará lo segundo.
_En realidad ya somos una generación privilegiada en lo que al cine se refiere en el sentido de que tenemos a nuestra disposición mucho más cine del que una persona con afición y dinero para desplazarse por el mundo tenía hace 20 o 30 años. Podemos ver más cine que nunca gracias a los sistemas de vídeo y DVD, y gracias a internet.
_Claro que la mayor parte del cine, como de cualquier manifestación artística y por extensión humana, no es precisamante memorable, pero tenemos cada vez más acceso a las maravillas que el cine ha creado en sus más de cien años de historia y a las que siguen llegando y llegarán. Cada vez más posibilidades y cada vez con más sencillez, rapidez y comodidad.
_Ir a la sala de cine ya no es lo que era, ha bajado el respeto hacia la proyección, pero el arte del cine nunca ha contado con tantas posibilidades de ser conocido y disfrutado. Desde sus tumbas, cineastas que dejaron su sangre en cada fotograma de celuloide sonríen ante la revalorización de sus obras, que en vez de caer en el olvido son reeditadas, subidas a la red, descargadas, vistas al fin por personas que dan un sentido al trabajo de estos cineastas. Porque una película es como una botella lanzada al mar que espera llegar a un buen puerto, donde sea acogida y apreciada. Y esto nunca ha ocurrido tanto como hoy en día, pero en el futuro aún será mejor.
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cada vez vemos más cine, pero vamos menos al cine

La experiencia de ver películas en la pantalla del televisor no es mala en sí misma, a pesar de las numerosas distracciones de la vida moderna. De hecho, resulta mucho más fácil sumergirse en una película cuando uno está solo, cosa que explica el surgimiento de la llamada "cuarta pantalla", que auna los mundos otrora escindidos del cine, la televisión y los ordenadores personales, y está suponiendo una auténtica revolución dentro de la industria del espectáculo. Gracias al descenso de precios de los televisores de alta definición, dotados con tecnología punta en sonido envolvente, la calidad y nitidez de las pantallas caseras es excelente y el sonido suele ser incluso mejor que en el cine, pues no se ve aderezado por el molesto crujir de las palomitas, los sorbos de refrescos, las cotorras que no cierran el pico y los teléfonos móviles.
_Andrew Bailey en Cinema now (Taschen, 2007)
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_Cada vez vemos más cine, pero no en el cine. Pero, ¿qué motivos hay para esto?. Suele decirse que el elevado precio de la entrada (pelín exagerado), que la competencia televisiva, la oferta en dvd, tanto en alguiler como en venta, y sobre todo el considerado gran ogro del cine, el bendito internet, al que se acusa de pirateo indiscriminado y todo eso.
_En internet hay una posibilidad enorme de ver cine sin desembolso alguno, esto es cierto, lo que conviene aclarar es que internet aún es la única posibilidad de ver ciertas cosas que no son accesibles ni pagando. Y también añadir que internet, con sus contenidos gratuitos, públicos o en las redes de persona a persona, en realidad más que robar al cine lo que hace es difundir el cine, a quien perjudica en cualquier caso es a la industria del cine, no olvidemos que en manos normalmente de poderosas compañías que no siempre usan tácticas honestas (recordar los paquetes de películas por estrenar el éxito de la temporada, así sin entrar en todo lo que se podría). Hay quien dice que incluso los contenidos gratuitos acaban beneficiando económicamente a la industria del cine al crear una afición cinéfila que de otra manera no se habría producido, porque realmente el aficionado al cine, en cuanto tiene posibilidad de comprar la película, suele comprarla, atesorarla, suele hacerse coleccionista, puede que la viera gratis pero no la comprará gratis sino a muy buen precio.
_Sin embargo, hay algo que no suele comentarse sobre el descenso de público en la sala, y durante años he oído en círculos cinéfilos la misma queja, incluso una vez vi un corto muy apropiado... Ir al cine supone, hoy en día, una aventura con el resto de la sala, con la gente que va al cine a estar fresquito o calentito (según la época), por compromiso (y se nota) con la pareja, amigos, con quienes han ido a hacer tiempo, y con quienes además de todo esto, no saben comportarse en un cine, que cada vez son más habituales los cotilleos durante la película, las llamaditas y mensajitos por el móvil (y eso que lo dicen muy claro, móvil apagado), y quien aprovecha para dormirse un rato (hay que rezar para que no ronque, que también puede suceder, a mí me ha ocurrido, y al lado) y todas estas cosas.
_Pero la culpa de que en el cine no haya un mínimo silencio y respeto ante el momento de la proyección en realidad lo han ido fomentando las propias salas con la venta de palomitas, que supone una gran parte de la recaudación de las salas. Claro, las palomitas son baratas y las venden caras y saladas, así además compras cara el agua o el refresco. Es una maravilla, y encima no tienes derecho a quejarte porque está en su derecho, cuando alguien al lado, delante o detrás se compra un cubo de esos que duran como media película o más, y la película en vez de ser de acción y mucho ruido es sosegada, sin música apenas o basada sobre todo en los matices del sonido. Una maravilla esa mezcla de crujido de palomitas, el ruido de los hielos del refresco, la pajita enmedio de una tierna declaración de amor, un anticlimax total.
_Por todos estos motivos hay gente muy aficionada al cine que ha desertado de los cines, se esperan a ver las pelis cuando salgan en dvd, o en las taquillas de los canales de pago, o por internet o procuran ir esos días entre semana en los que los cines están más desiertos casi que el desierto, y sólo si la película les atrae mucho.
_Antes ir al cine era una fiesta, ahora, al precio que va y sin alguien que llame al orden a quienes no se comportan en el cine, es más bien una aventura que no siempre sale bien. Y te vas del cine sintiéndote estafado porque has pagado por ver una película y en realidad has visto lo que has podido, has escuchado lo que te han dejado. Y es molesto estar llamando la atención a nadie, aún es molestar más la proyección. Uno va al cine, no a llamar al orden a gente maleducada (cada vez hay más) por lo que al final, lo que era un hábito de ir al cine, incluso si la película no era del todo atractiva, se va quedando en sólo ir al cine si la película llama mucho muchísimo.
_Las propias salas han provocado que la gente busque el cine en lugares distintos, y no sólo por el precio. Recuerdo, y no soy tan mayor, la época en la que en el cine había un respeto por la proyección, en gran parte perdido, y aunque la butaca no fuera tan cómoda ni tuviera un lugar para el refresco, se disfrutaba más del cine.
_Sí, cada vez vemos más cine y vamos menos al cine, es normal, el cine no es el mejor lugar tal y como funciona hoy en día para ver cine porque no hay un sentimiento común en la sala, cada cual va a lo suyo y si molesta al del lado, pues molesta y punto. Y la sala te vende la entrada y punto pelota, no se dedica a expulsar del cine a quien no se comporta, ni llamar al orden. Muchos que íbamos al cine ya no vamos casi por este motivo, porque pagamos una entrada cara para ver en buenas condiciones una película, y esto por lo visto no va incluído en la entrada. Un cine no es un bar, ni la peluquería de la esquina, que yo sepa... pero si en las salas prefieren que el cine sea un sitio para comer palomitas, tomar refrescos y cotillear toda la película mientras se juega con el móvil, ¿de qué se quejan que cada vez va menos gente?. Echan a patadas a los buenos aficionados al cine, incluso a las personas educadas que van al cine, y te cobran una entrada que es de cuidado.
_El cine en el cine no desaparecerá pero la cultura de ir al cine, el alegre hábito del ir al cine, se ha ido vulgarizando de tal manera que ir a un cine a ver una gran película es el riesgo de vulgarizarla con una proyección irrespetuosa.
_Yo, no me importa nada decirlo, voy muy poco al cine, poquísimo, sea pagando o sea gratis (que hay proyecciones gratuitas en ciertos lugares) y es por estos motivos, porque como decían en el corto mencionado... "si no les gusta el cine, ¿para qué van?". En el corto, el cinéfilo, harto de que le reventaran películas, se va un día al cine, se coloca una máscara antigas y abre una maleta que suelta un gas... No hay que llegar a tanto, pero creo que bastantes compartimos esa rabia, esa sensación de indefensión y de estafa, de que haya tanta bajeza humana en un lugar destinado a cosas mucho más grandes.
_Ah, por cierto, las compañías productoras ya difunden gratuitamente o por poco dinero películas enteras, legalmente, en internet. Y es que internet no es el enemigo del cine, seguramente es el futuro del cine junto con la tecnología digital. Pero todos añoraremos ese ir al cine a disfrutar del cine, antes de que la gente prefiriera ir al cine a hacerle caso al móvil, incluso a hablar por teléfono en el cine...
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no me cuentes malas películas

Con la frase "No me cuentes películas", queda bien claro que el cine a menudo no da la talla y se queda en un pasatiempo sin más, o en algo frívolo, desconectado de la realidad y de poco valor. El cine es un medio maravilloso que puede llegar a ser un arte que abraza la Poesía. Y a veces lo es.
_Que el cine se vea como un engaño, o algo iluso, o una especie de opio del pueblo, sin apenas credibilidad, se debe a la plaga de películas facilonas y malas películas que desde siempre ha sido lo habitual.
_Las películas facilonas o cine palomitero, en realidad son como quedarse en el vestíbulo de lo que verdaderamente puede y a veces llega a ser el cine. Tienen argumentos y tratamientos cinematográficos que se acogen y explotan tópicos, estereotipos, recursos casi infalibles y todo tipo de trucos para conseguir un éxito taquillero, una rentabilidad económica, sin mérito artístico ni intentar lo maravilloso. Es un cine efervescente, en el fondo hueco, que llena las salas y se olvida con la misma rapidez con que se vacían después de la proyección. Más que finales felices están compuestas de planteamientos, nudos y desenlaces fáciles. En las películas flojas las cosas siempre parecen más fáciles y sencillas de lo que en realidad son. A pesar de todo puede no ser una completa pérdida de tiempo pasar el rato viendo alguna de ellas (aunque se puede ver cine de mucha mayor profundidad y calidad) pero no hay que equivocarse, no hay que tomarlas en serio, ni creer que tienen verdadera relación con la vida, el arte y
la Poesía. Es un cine necesario de alguna manera tal y como va el mundo, pero quien no ve otra cosa llega a creer que el cine sólo es eso, igual que quien nunca ha amado puede creer que no hay más cosa en la vida que el deseo sexual. El deseo sexual está muy bien, el amor es aún mucho más profundo, y lo mismo puede decirse del cine facilón (ligue, sexo rápido) y del gran cine, que enamora y queda de por vida en nuestros corazones.
_Sin embargo el descrédito del cine llega a lo máximo con el cine violador. El cine que viola impunemente obras de otras artes, normalmente novelas, o traiciona, vulgariza, desvirtúa el debido rigor histórico. Y estas cosas tan nefastas e innobles por enriquecerse económicamente (lo que está bien pero no a cualquier precio) o aún peor con una nociva voluntad de adoctrinamiento tendencioso, intento de vulgarizar, nublar, hacer de la gente masa obediente, controlable, boba, sumisa y temerosa. Conviene recordar la historia bastante reciente de las dictaduras de Stalin, Hitler, Musolini, Franco... cuyas primeras decisiones tuvieron mucho que ver con el control absoluto del cine, para utilizarlo como medio de propaganda y manipulación de las masas.
_Al cine hay que exigirle un rigor histórico cuando aborda personajes históricos, y una adaptación fiel al espíritu de la obra que toma como base cuando adapta una obra literaria. No se pueden aplaudir las falsedades históricas, simplificaciones, vulgarizaciones, y traiciones que reciben a menudo tanto la historia como la literatura por parte del cine. El cine es un medio maravilloso pero no es el centro del universo, no es un medio ni un arte superior a otras manifestaciones del espíritu humano, y si el cine fuera un medio superior habría que exigirle aún más que a los demás medios, artes, modos de expresión.
_Pero la existencia, minoritaria pero real, verdadera, de un cine que incluso en ocasiones alcanza el grado de verdadero patrimonio de la humanidad, de obra maestra, de Poesía, de cine que adapta con respeto una obra literaria, de cine que aborda con rigor histórico los hechos históricos (lo que debería ser la norma y no la excepción) hace que no sea justo afirmar que el cine sea
peliculero en el despectivo sentido de la palabra, y por todo esto propongo que digamos "no me cuentes malas películas".
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cine en soledad o en pequeña compañía

El cine en soledad o en pequeña compañía
_En los inicios del cine se popularizaron los aparatos individuales de proyección, y durante unos años (hasta 1907 más o menos) Estados Unidos se pobló con los ya míticos nickelodeones. Una parte del cine vuelve a través de internet a esta proyección solitaria del cine, pues normalmente en internet se ve cine solo frente a la pantalla del ordenador, aunque es posible conectar el ordenador a un televisor de gran pantalla y ver cine a través de la red en pequeña compañía, o no tan pequeña, claro, depende del tamaño de la pantalla...
_El cine contemplado en soledad puede ser que posea aún más una cierta raíz reflexiva o introspectiva del propio medio, además de la expansiva poesía que posee el mejor cine. Es difícil, por no decir imposible, seguir una película sin algo de calma, silencio y concentración, igual que es muy complicado seguir el hilo de un libro sin calma, silencio e incluso soledad para lograr la concentración necesaria. El cine, cuando es un arte, requiere espacio, tiempo y esfuerzo por parte de un espectador como poco receptivo. El cine quizá queda a medio camino entre una multiplicación (más que suma) de artes, una casi hipnosis profunda, una revelación del inconsciente y un maravilloso oleaje de poesía, difícil de apreciar sin el necesario silencio, respeto, atención, entrega, análisis, concentración y dedicación.
_El cine, proyectado en una sala convencional con sus habituales alborotadores y gente que no ha ido a ver la película (así lo paguen en el infierno), demasiadas veces no puede ser valorado en su justa medida, ni disfrutado. Sin embargo, a pesar del menor tamaño y calidad de sonido de los equipos de cine doméstico, incluso los más sencillos, permiten a una persona sola, incluso si es necesario con auriculares, sumergirse en el mar vigoroso de la película, sin distracciones. Y en internet, a pesar del menor tamaño y calidad habituales, se puede acceder a una película (sobre todo a multitud de cortos y mediometrajes) sin distracciones propias de la multitud.
_En la multitud suele disminuir la capacidad de concentración, de silencio, de respeto, casi siempre hay alguien que rompe la armonía, a veces por el perverso placer de incordiar. Es muy complicado mantener el sagrado rito de la proyección sin que alguien se levante, mire el móvil (o hable) comente la película, o incluso ronque... y cuanta más gente más probabilidades de que esto ocurra. Si no hay una comunión total de espíritu en la proyección quien más interés tiene en la película no puede disfrutarla como merece.
_Ver una película sin distracciones es más importante para apreciarla que las imperfecciones y defectos de una ligera pérdida de calidad, y la amplitud de la pantalla apenas es una cuestión de tamaño, que en este caso importa poco.
_Quizá el cine a través de internet se puede considerar un poco como el formato
8 mm cuando se hizo un hueco frente al término medio de los 16 mm y la calidad stándard del cine de 35 mm. Era la ocasión de abaratar los costes y fomentar la creatividad de autores que no querían seguir más normas que las de su propio corazón. El cine en internet, gracias a la generosidad de tanta gente que gratuitamente y sin ánimo de lucro, comparte joyas del cine de todos los tiempos, es hoy una oportunidad maravillosa de conocer y disfrutar tesoros que en ocasiones ni siquiera han sido editados ni debidamente restaurados. Y también es la ocasión de que nuevos cineastas y poetas del cine puedan alumbrar sus propias creaciones sin necesidad de pactar o acatar con las normas de una industria que por lo general piensa en el dinero (como toda industria) en vez de en el arte o la poesía. Y a nadie debe extrañar esto, quien tenga ambiciones artísticas debe saber que antes que nada el cine es un negocio y sólo a veces se intenta que sea arte, y aún menos veces llega a la poesía.
_El cine es caro, y tanto la revolución de las cámaras digitales como la difusión a través de internet son dos grandes esperanzas y realidades esperanzadoras para quienes tengan cosas que decir y no encuentren la financiación y la confianza plena en su creatividad, ambas cosas a la vez.
Es preferible, en mi opinión, que una película tenga una calidad de imagen mediocre pero creativamente sea auténtica y completamente libre que lograr una fotografía excepcional y sin embargo haber pactado cambios por motivos comerciales o ver como alguien ha mutilado una obra y encima en los créditos se hace al director responsable de lo que ya no es su obra. Erich Von Stroheim, desde su tumba aún maldice a quienes destrozaron "Avaricia".
_Internet y las cámaras digitales son magníficas oportunidades por las que cineastas de otras épocas hubieran dado seguramente un brazo y las dos piernas. El cine nunca ha sido tan accesible a quienes con pocos medios pueden llegar en realidad a mucha más gente que nunca, aunque la fama cada día está más cara pues cada vez hay más cineastas, pero la expresión personal nunca ha gozado de tan buena fortuna. Una persona sola, puede ver y/o crear, cada vez más cine en soledad o en pequeña compañía.
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cine digital

_El celuloide aún es el soporte físico más habitual en el cine, pero ya es posible y se están realizando películas en formato digital. El cine digital es una realidad innegable, y directores como David Lynch, George Lucas, Ettore Scola, Lars Von Trier, Alexander Sokurov o Julio Medem, ya se han adentrado en el cine digital.
_Probablemente el cine digital sea el formato del futuro dadas sus ventajas de manipulación de la imagen, económicas, la posibilidad de grabar durante mucho más tiempo sin tener que cortar y recurrir al montaje ("El arca rusa" de Sokurov, grabada en una sola toma, del tirón, sin ningún corte, algo que muchos directores, como Coppola, soñaron pero era imposible hasta ahora, pues los rollos de celuloide duran poco más de 10 minutos) mayor flexibilidad de los equipos...
_La calidad de imagen digital además mejora a pasos agigantados, y en unas décadas es muy probable que incluso las proyecciones sean vía satélite en las propias salas de cine. Aunque el amado celuloide siempre será el romántico soporte de nuestros sueños cinéfilos, es innegable que el celuloide tiene sus inconvenientes y limitaciones.
_Aunque el cine digital jamás tuviera la definición del cine convencional, sus ventajas son muchas, y entre todas la mayor es que al fin el cineasta tiene la posibilidad de rodar sin preocuparse de cuando se acaba la bovina, además de que los costes (y hacer cine no es barato) se abaratan, de manera que el cine digital va a significar cierta democratización del cine. Hacer cine ya no será tan caro.
_Al igual que ocurrió con los ordenadores y la posibilidad de los programas de retoque digital para fotografía, la posibilidad del cine digital permitirá a más gente acceder con un nivel de calidad digno a la creatividad cinematográfica. Y quienes más agraden al público se ganarán la vida con el cine, como siempre ha ocurrido. Y quienes no logren el favor del público, al menos no se quedarán hipotecados de por vida, o no tanto.
_El cine digital debe suponer una explosión de cineastas sin igual al tener cada vez más gente la posibilidad de rodar sin tener que mirar tanto al bolsillo. Y es que rodar con un ojo en la cámara y otro en la cartera no es lo mejor, aunque hacer de la escasez e incluso precariedad un arte siempre es una posibilidad al alcance de los genios.
_Puesto que el cine digital trae cosas buenas al cine, yo personalmente le doy la bienvenida con alegría, pues ya se están viendo incluso los primeros frutos maduros del nuevo formato. A fin de cuentas sigue siendo cine, y el cine empezó hace más de 100 años. El único cambio que se nota como espectador es, (y cada vez menos) el del matiz digital de la imagen, que por cierto en ocasiones no deja de recordar a ciertas películas en las que la imagen tenía bastante grano.
_En cualquier caso, convencional o digital, el cine sigue vivo, y en cierto modo más libre y ágil que nunca.
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cine hoy

Al contrario de las copias en celuloide, los DVD se generan a partir de un negativo inmaculado de primera generación, por lo que a menudo se ven en ellos detalles que ni sus creadores habían percibido antes.
_Michael Rabiger en Tratado de dirección de documentales (Omega, 2007)
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La experiencia de ver películas en la pantalla del televisor no es mala en sí misma, a pesar de las numerosas distracciones de la vida moderna. De hecho, resulta mucho más fácil sumergirse en una película cuando uno está solo, cosa que explica el surgimiento de la llamada "cuarta pantalla", que auna los mundos otrora escindidos del cine, la televisión y los ordenadores personales, y está suponiendo una auténtica revolución dentro de la industria del espectáculo. Gracias al descenso de precios de los televisores de alta definición, dotados con tecnología punta en sonido envolvente, la calidad y nitidez de las pantallas caseras es excelente y el sonido suele ser incluso mejor que en el cine, pues no se ve aderezado por el molesto crujir de las palomitas, los sorbos de refrescos, las cotorras que no cierran el pico y los teléfonos móviles.
_Andrew Bailey en Cinema now (Taschen, 2007)
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edición de películas en dvd

Aunque sé que insisto bastante sobre la cuestión de la versión original, la versión doblada y la versión subtitulada, quiero comentar algo sobre la edición de películas en dvd.
La edición de películas en demasiadas ocasiones se hace sin el cariño suficiente. Cuando se hacen ediciones en caja de cartón, en caja de metal, en fachadas muy bonitas pero luego el dvd viene mal subtitulado, o insisten en subtitular en color blanco (y cuando el fondo es blanquecino cuesta más de leer...) o hay erratas en el subtitulado, en fin, ¡qué pena que se cuide el exterior pero no la película, que es lo importante!
Además, hay otra cosa que también me parece de poco cariño, y es que se editen películas sólo dobladas o sólo subtituladas, o sea que no se pueda elegir entre la versión original, la versión doblada y la versión subtitulada. Creo que lo lógico es poder elegir entre las tres versiones, para poder disfrutar a placer y con conocimiento de causa del cine. Entiendo que hay películas que no se doblaron en su día y se editan subtituladas, pero incluso a veces se editan películas sólo subtituladas sin la opción de la versión original sin subtítulos. A veces un espectador prefiere contemplar la fotografía de una escena que entender lo que dicen los intérpretes, por el puro placer de deleitarse con la belleza del encuadre, o de los propios intérpretes, y esta posibilidad también te la niega el subtitulado obligatorio.
Más allá de las legendarias discusiones sobre el cine doblado o subtitulado lo que hay que respetar sobre todo es la versión original, que se editen a veces películas sin respetar la versión original colocando los subtítulos sin dar la oportunidad de disfrutar de la imagen original me parece tan gran desprecio como no respetar las interpretaciones originales al presentar la versión doblada.
Sobre el subtitulado y el doblaje, hay bastante que hablar, y yo mismo voy de una opción a otra, puesto que hay doblajes excelentes pero también malos y subtitulados excelentes pero también malos.
Otra cosa más que añadir, la taquilla para una película actual representa la cuarta parte de sus ingresos, mientras que el resto de sus ingresos provienen del pago por taquilla en televisión, el pase televisivo en canal de suscripción, el alquiler en dvd, la venta en dvd y finalmente el estreno en abierto en televisión. Con esto quiero decir que la edición en dvd supone una fuente de ingresos considerable y es bastante indignante que se haga a veces con tanta prisa y falta de cariño.
También, se me olvidaba, hay que hablar sobre la edición de películas sin respetar el formato original, práctica que parece haberse frenado, pero que consiste en eliminar el cinemascope y dejar la imagen artificialmente ampliada en altura y reducida en amplitud, una imagen distorsionada que logra hacer que las caras se alargen y que desaparezcan incluso personajes del encuadre, todo por miedo a las franjas negras, ¡ni que mordieran!
Ah, una última cosa, durante años se acostumbraba a subtitular en amarillo, lo que era bastante mejor que en blanco, y otra opción bastante buena es subtitular en blanco pero sobre una franja grisácea, aunque particularmente prefiero el amarillo, y sobre todo que se edite la versión original, no solamente una versión doblada o una versión subtitulada.

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versión original, versión doblada y versión subtitulada

versión original, versión subtitulada y versión doblada

La cuestión del doblaje o el subtitulado de las películas me parece interesante y hasta trascendente, por eso quiero comentar algunas cosas. Según he leído, al subtitular una película en pantalla se condensa la totalidad del diálogo original en una proporción del 80%. Eso significa que la versión subtitulada no es una versión original subtitulada sino una resumida. Por otra parte según estudios un espectador puede realizar una lectura cómoda de una letra por cada dos imágenes (el cine tiene el estándar en 24 imágenes por segundo) con lo que podría haber una ley no escrita para subtitular como mucho 12 letras por segundo. El subtitulado es un resumen, una adaptación del texto original, no el texto original. O sea que con el doblaje se adaptan otras voces y con el subtitulado se van limando también detalles y matices.
Quiero con esto plantear que ninguna de las dos decisiones es perfecta, no puede serlo. Si se subtitula queda afectado el trabajo de fotografía, encuadre, todos los matices visuales porque mientras se lee pasan más desapercibidos (sobre todo si es una película con mucho diálogo) y también se comprime el original; si se dobla es cierto e indiscutible que se pierden las actuaciones originales, eso si lo eran porque bastantes películas se filmaban sin sonido y en estudio se añadía la voz o incluso otro intérprete la dobla ya en su versión de origen.
En el fondo tanto con el doblaje como con los subtítulos se pierde algo, y hay películas que pierden más al subtitular que al doblar, mientras que otras pierden más al doblar que al subtitular, y por supuesto también depende de la habilidad con la que se subtitule o se doble, cosa para la que hay que conocer la versión original y el idioma original para apreciarlo con suficiente criterio la mayoría de las veces.
Esta es una cuestión bastante complicada pero gracias a las posibilidades de las nuevas tecnologías cada vez es más habitual poder elegir. Elegir entre la imagen original o las interpretaciones originales y la imagen original mezclada con los subtítulos. La cuestión es que para ver una película en un idioma que no entendemos sólo hay dos maneras: una es subtitular con lo que se pierde parte del trabajo de fotografía y de composición visual de la película, y el cine es evidentemente muy visual, o la otra que es el doblaje, con lo que se pierden las interpretaciones originales, las voces y matices de los actores y actrices que han creado la película, y las interpretaciones en gran parte tienen mucho que ver con el tono de la voz, y esas modulaciones sutiles.
Resumiendo, o se lima el trabajo estético y visual o se sustituyen las interpretaciones originales, las voces auténticas de actores y actrices por las de los actores y actrices de doblaje, que a veces hacen maravillas, todo hay que decirlo. Además hay películas en las que se habla bastante (y no despacio precisamente) con lo que es más difícil mirar la película y leer los subtítulos, sobre todo si se han colocado en blanco y el fondo es blanco, con lo que cuesta saber qué pone.
Como los tiempos del cine mudo ya quedaron atrás, el cine actual tiene este problema, que se puede solucionar si se subtitula en la banda inferior del cinemascope, sin tocar la imagen, cosa que a menudo no se hace, ¡qué amor al cine!, o colocando en la proyección un sistema de subtitulado electrónico debajo de la pantalla, lo que respeta el trabajo de fotografía y permite ver y escuchar la película original.Pero la verdad, el esfuerzo de ver-leer una película subtitulada, vale la pena cuando las interpretaciones son soberbias y la película es buena, y cuando es una obra maestra es despreciar un regalo perderse las interpretaciones originales, pero también una pena tener que renunciar a parte del trabajo del director de fotografía.
A nivel personal, para ver una película corriente, yo prefiero que sea doblada (en España, además el doblaje suele ser bastante bueno) pero si quiero ver grandes interpretaciones prefiero escuchar las voces originales y perder algo del encanto visual de la película. Pero cuando estoy ante una obra de arte como
 Una partida de campo, de verdad que me molestan los subtítulos y me molesta la versión doblada, soy muy consciente de que estoy ante una maravilla y me estoy perdiendo algo tanto si las letras ocupan parte de la imagen y de mi atención, como si las voces están dobladas y me pierdo las interpretaciones originales, con las modulaciones propias de cada idioma, con sus matices...
Creo que ni es del todo nefasta la costumbre del doblaje como se critica a menudo como si fuera una traición poco menos al cine, ni es una solución que ni el milagro de los panes y los peces subtitular las películas, y menos con el poco cariño que suele hacerse, con las letras blancas, incluso sin aprovechar las franjas negras...
En realidad, si de fidelidad al cine se tratara, incluso el doblaje sería más fiel en cierto modo porque la película verdaderamente se hace con la intención de que sea vista y escuchada sin tener que leer. La versión original de una película no tiene subtítulos (salvo si se han usado momentáneamente por razones del argumento, respetando idiomas distintos a los de los personajes) y las voces originales no se entienden en el extranjero. Realmente no hay una solución perfecta a no ser que nos volvamos políglotas, pero muy políglotas.
Este asunto me parece un dilema casi épico, cuando quiero ver una película de mi amado Woody Allen, con esos magníficos diálogos, a veces con imágenes portentosas como las de Manhattan, ¿qué es menos malo, perderme las interpretaciones originales, magistrales, o perderme parte de los diálogos con los subtítulos, o perderme parte de la fuerza visual de la película (Allen ha contado con directores de fotografía excepcionales) mientras leo los subtítulos? Es un poco maniqueo eso de decir que el doblaje es malo y lo bueno es subtitular, subtitular también tiene sus pegas, como las tiene doblar. Yo, de verdad que ni tengo la solución ni creo que haya que decantarse siempre por una de las dos opciones. Lo ideal sería conocer el idioma original o ver la película dos veces, una doblada y una subtitulada, pero en ninguno de los dos casos es de verdad la versión original y auténtica, no lo olvidemos, sino la versión doblada o la versión subtitulada.

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artistas

Se acostumbra a acompañar las películas de la ficha artística y laficha técnica. En la ficha artística se incluye el reparto, y en la técnica a quienes no aparecen delante de las cámaras. Sin embargo tan artistas son intérpretes como directores, montadores, decoradores, compositores, directores de fotografía... al menos en mi opinión. Lo que ocurre es que el arte de un buen director de fotografía, director, decorador, compositor, montador.... a menudo consiste en que parezca que no hay nadie detrás de las cámaras, sino sólo delante.

Cuando una película llega a ser una obra de arte lo es porque tanto intérpretes como demás integrantes del equipo que realiza la película son artistas y dan lo mejor que llevan dentro. Por eso me parece algo injusto que se hable de equipo artístico y de equipo técnico, como si en la interpretación no hubieran técnicas, por ejemplo los actores del método, o en la aparente labor técnica no hubiera creatividad y talento artístico. Es una tontería esa división simplista, que sencillamente podría ser la siguiente:
delante de las cámaras y detrás de las cámaras, osimplemente, sin división alguna, artistas.

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la película es la estrella

la película es la estrella
¿Qué es lo más importante de una película? ¿Las estrellas, actores y actrices famosos, grandes intérpretes? ¿El guión, férreo o flexible? ¿El director, con su estilo personal o amoldándose a la historia y el tempo de la película? En mi opinión lo más importante de una película es que (valga la aparente perogrullada) sea una película. Me explico, que una película sea una película no sucede siempre. Para que una película lo sea, tanto el guión, las interpretaciones, la iluminación, fotografía, montaje, música, dirección de la película, en fin, todo lo que integra una película debe fluir hacia la propia película y subordinarse a ella. Cuando un director o un actor, o director de fotografía, o... quiere que la película sea su escaparate, hacerse un monumento ególatra y narcisista con el cine, pues deja de ser una película y pasa a ser un charco en el que se mira y ahoga un narciso, y en el que se ahoga la película.

En una película redonda, todo guarda una proporción y armonía tanto interna como externa, ningún elemento destaca sobre los demás, nadie quiere hacerse ver sino hacer ver el sentimiento, espíritu e ideas que expresa la narración. Ésa es la diferencia entre un gran director, actor... y quienes quieren hacerse un nombre y aparentar que tienen mucha personalidad, quienes dejan siempre su sello personal a costa del material que manejan, quienes lo llevan todo a su terreno aunque con ello tergiversen una novela, los hechos históricos o lo que les haga falta para engordar su ego insaciable.

Es más artista el mal llamado artesano, que apenas parece haber hecho algo con su estilo casi invisible, que quienes pretenden pasar por artistas, y no sólo por artistas sino por grandes artistas, ser originales, distintos, dejar huella, sentar cátedra, en vez de crear algo desde el corazón y con más humildad que arrogancia, no desde y para el propio ego.

Digo todo esto porque una cosa es el cine valioso y otra el cine que por creerse original y distinto, normalmente denominado
 de autor, quiere parecer valioso. Bajo la etiqueta del cine de autor y del cine de calidad se hacen a veces cosas que se llaman películas, que tienen forma de películas, que incluso toca llamar cine, e incluso cine original, pero que no tienen nada de vida valiosa en su interior, que no arrebatan porque nacen y se dirigen al ego de quien no ha llegado ni a la esencia de la vida ni del arte. Al alma.

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el cine histórico, y la adaptación de obras literarias

algunas cosas sobre el cine histórico y sobre la adaptación de obras literarias
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El cine no es un mero pasatiempo sin más, el cine es una expresión cultural de enorme calado en el imaginario e ideario popular, y para bastante gente (junto a la televisión) su principal manera de conocer el mundo más allá del que viven día a día, por tanto la imagen que proyecta el cine es de vital importancia. El cine, por este motivo, ha sido uno de los principales instrumentos de manipulación y adoctrinamiento tanto político como social, y la existencia de prohibiciones, censuras e incluso calificaciones por edades a menudo arbitrarias (hace poco vi una película que en el mismo dvd era para mayores de 12 años en Alemania, de 15 en Inglaterra y de 18 en España) significan que el cine es poderoso e influyente más allá de lo que se suele reconocer. Y por desgracia la influencia que puede tener una película hecha sin rigor histórico puede ser desastrosa para la comprensión y expresión de un hecho histórico; de igual manera que una adaptación desvirtuadora de una obra literaria le hace un daño irreparable a la obra original que ni el honor perdido de Katharina Blum...
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En fin, creo que sobre las adaptaciones históricas se debería exigir un rigor y seriedad máximas, o sencillamente utilizar otros nombres, y respecto a las adaptaciones literarias (no importa si de obras maestras de la literatura universal como de obras corrientes) si no se respeta el espíritu y se adapta con fidelidad, lo lógico y justo sería que se diera a la obra de cine un título distinto. Los autores que han visto adaptadas sus obras y se han quejado de en qué las han convertido en el cine son bastantes, y los que no pueden quejarse porque ya murieron se revolverían en sus tumbas si vieran en qué se han quedado sus obras al llegar al cine.
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Escribo esto porque yo amo el cine, está claro, pero también amo la literatura y el rigor histórico, y el cine no es más importante que el rigor histórico ni que la literatura, el cine puede carecer de todo rigor histórico y ser completamente de ficción o tomarse licencias, claro que sí, pero cuando aborda hechos históricos debe hacerlo con mucho respeto, conocimiento y rigor. Y cuando adapta una obra literaria también. Una cosa son las licencias narrativas y otra desvirtuar una obra, se puede coger como base un relato y darle la vuelta como un calcetín, pero si se hace (y puede incluso resultar una obra maestra) que se titule de otra manera. En estos tiempos se habla mucho de libertad pero a veces en vez de libertad es libertinaje. Que una productora compre los derechos sobre un libro no le da derecho, en mi opinión, a conservar el título del libro pero desvirtuar el contenido en una película, incluso aunque la película resultara muy lograda. Creo que no es suficiente con incluir que la obra está "basada en", o libremente inspirada, que si no es fiel al original no merece llevar el mismo título porque daría una imagen distorsionada del original.

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el doblaje y el cine español

_el cine español y el doblaje de las películas extranjeras
En 1941 se decreta, por razones patrióticas, la prohibición de proyectar películas en otro idioma que el español. La obligatoriedad del doblaje, tan bien intencionada, iba a hacer un flaco servicio al cine nacional, regalando el arma del idioma a las estrellas extranjeras.
_Historia del cine (vol. 2), Román Gubern (Lumen, 1974)
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El doblaje de películas extranjeras consigue dos cosas: una es que no veamos las películas en versión original, con las interpretaciones verdaderas de las películas (aunque los actores y actrices de doblaje a veces hacen maravillas) y la otra es que películas extranjeras compitan con las españolas con la ventaja del idoma.
Hay películas españolas que apenas se estrenan o ni se estrenan en muchas provincias españolas porque subproductos extranjeros (que ni se estrenan allí pasando directamente a dvd) ocupan los cines.
El espectador puede ir al cine y elegir entre las películas que se proyectan pero no puede elegir entre las que no tienen esa oportunidad.
Y lo que se hace en España es darle antes la oportunidad de estrenarse a una película extranjera (que ni se estrena allí) que a películas hechas aquí y que merecen la pena. No digo que todas las películas españolas sean maravillas pero sí que bastantes películas que no han podido competir con otras extranjeras están a su nivel o son mejores. Y lejos de una política proteccionista yo lo que defiendo es que al menos se puede estrenar lo que se hace aquí. ¿No es lo mínimo? Pues ni eso.
Además, hay países en los que las películas extranjeras se proyectan subtituladas, costumbre que en España no existe por la imposición franquista del castellano como único idioma de proyección, en perjuicio del propio cine español, que regala al cine extranjero el idioma. Entonces había tanto analfabetismo entre la población como entre los dirigentes de la cultura, pero con el tiempo que ha pasado, ¿cómo seguimos así?. En aquella España quizá era inviable que se subtitularan las películas porque bastante gente no sabía leer, pero por otra parte tampoco interesaba que la gente supiera sino sencillamente que obedecieran. Y el doblaje también fue una manera de censurar, a veces con tanta torpeza como en la mítica Mogambo de Ford, en la que la censura española convirtió una infidelidad en un incesto... (¡qué habilidad, y qué perspicacia!) al hacer que fueran hermano y hermana...
Insisto en que no se trata simplemente de ver cine español por ser español, aunque conviene recordar que el cine además de un mero entretenimiento tiene la capacidad de ser una expresión cultural, y de reflejar la sociedad, las costumbres, los problemas y alegrías de una sociedad. En este aspecto el cine español es el que puede reflejar las alegrías y los problemas propios de este país, cosa que no puede hacer el cine extranjero, que como es natural refleja la forma de vida, costumbres, de otros lugares, lo que es muy bueno para intentar comprender a otras culturas. Pero una cosa es que sea bueno comprender otras culturas a través del cine y otra cosa es que apenas podamos expresar nuestra propia cultura a través del cine.
El cine español siempre ha contado con cineastas geniales, como Segundo de Chomón en la época muda, y después con Buñuel (filmando en Francia, en México, apenas aquí dada su libertad creativa y la dictadura española), con Berlanga y Bardem, o con las maravillas de Víctor Erice. Y últimamente los éxitos de los hermanos Trueba, Amenábar y Almodóvar (que aunque sea español a veces me parece divertido y otras vulgar) reflejan la importancia a nivel no sólo europeo sino mundial del cine español, capaz de plantarle cara casi a cualquier cinematografía del mundo, por eso es tan triste que buenas películas, de directores y directoras noveles o no, apenas consigan llegar a las pantallas.
Que lleguen a las pantallas, sólo eso. Luego el público que decida, pero que no se pueda ni elegir, que cueste ver cine español en España...

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