programa doble: capitalismo es crisis
>
Inside job (2010) Charles Ferguson
Posiblemente el mejor documental que se ha rodado sobre la crisis económica y social mundial. Narrado con fluidez, entrevistando a quienes se han opuesto a este fraude, y a algunos de los criminales de cuello blanco (la mayoría han escurrido el bulto), las conclusiones son fáciles de ver y comprender. Las privatizaciones bancarias y la falta de control de los gobiernos hacia los bancos privados han fomentado una avaricia colosal que se ha saldado con una burbuja financiera que nos ha explotado a los demás. Los emporios económicos se han hecho tan grandes, y tras la crisis aún más grandes, que finalmente, contra las leyes del libre mercado, en el que nadas o te hundes, ha tocado rescatar a los ricos, que curiosamente pasan de altos cargos en entidades financieras a altos cargos en el gobierno (también con el fraudulento Obama) como quien cruza la calle. Finalmente, nadie ha hecho el trabajo que tenía que hacer, pero no haciéndolo se han hecho de oro. Aunque se centra en el epicentro del tsunami financiero, los Estados unidos, concretamente en Wall Street, con la connivencia de Universidades y Gobiernos, también comenta el caso de Islandia, y la repercusión mundial que la panda de inmaduros cocainómanos puteros (hasta aquí tampoco dejarían de ser viciosos sin más) ávidos de dinero fácil, egocéntricos niñatos que concursan a ver quién mea más lejos, que jalonan Wall Street nos ha dado como herencia al mundo. Otra conclusión que saca el documental es que lo más fácil del mundo es hacer dinero rápido arriesgando lo que no es tuyo. No se puede parpadear en todo el documental, aunque las ganas de cerrar los ojos ante tanta miseria moral son enormes. Con los beneficios que se ha llevado esta mafia se acababa con el hambre en el mundo.
+
Capitalismo: una historia de amor (2009) Michael Moore.
Con la crisis capitalista mundial, las grietas morales del capitalismo salvaje se han revelado en toda su asquerosidad, y Moore refleja algunas de ellas partiendo del epicentro del enorme vertedero de inmundicia del avaricioso capitalismo: el infame Wall Street. Sorprende, que además el capitalismo se haya querido apropiar también de la pátina de lo religioso, Wall Street es el templo de la actualidad, siendo que el cristianismo predica algo muy distinto. Es más, si no recuerdo mal Jesús criticaba a los mercaderes del templo... aunque no me hagan mucho caso, que la verdad es que no profeso ningún credo religioso, ahora bien, creo que Moore denuncia lo que hay que denunciar y alienta lo que hay que alentar. Aunque no entiendo cómo se pueden juntar en un mismo título las palabras "capitalismo" y "amor".
-