Té y simpatía (1956) Vincente Minnelli
Con la sólida realización de Minnelli, y su prodigioso uso del color, este melodrama excepcional toca de lleno los rígidos y estúpidos prototipos que se tienen por hombría, y pone el dedo en la llaga, una y otra vez, sobre el espinoso asunto de la diferencia, ni siquiera de la diversidad sexual, hasta tal punto es violenta la norma sobre cómo debe ser un hombre. Minnelli era un artista de una elegancia que no andaba reñida, ni mucho menos, con una crítica certera y con el humanismo, y para ejemplo esta obra de trazo sutil que además hila fino, sin mirar para otro lado ni hacer sangre. Raro equilibrio y lúcida audacia para una obra a reivindicar, tanto por sus valores humanos como por su entidad cinematográfica.
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