19/4/11

la política (o la tiranía) de los autores, festivales y la crítica

_De vez en cuando, tras descubrir una película que nos entusiasma, o al menos nos parece interesante, tomamos nota del director y esperamos, o rastreamos, seguimos la pista, y al final encontramos algo más del mismo autor. Sin embargo, la política de los autores, especialmente defendida por la crítica francesa cahierista, tiene su lado bueno y su lado malo.
_El lado bueno es que se reconoce que el cine, arte casi total que integra muchos elementos, y que en sí mismo es un arte nuevo, se realiza con una mirada, propia de un autor, o propia de un engranaje industrial, resumiendo mucho la cuestión. Al reconocer la importancia del autor, incluso si se debate entre las exigencias industriales, se hace énfasis en el cine como medio al servicio de algo más allá del mero negocio. Esto es importante, el autor tiene una personalidad, unas motivaciones, unas querencias, intenciones, constantes, rasgos propios, que son distintos a los estandarizados, y va dejando su huella personal en cada película que emprende, por amor al cine, por la necesidad de expresarse. Todo esto hace que el cine sea original en vez de manufacturado y cuadriculado, pero también existe un lado menos luminoso.
_El lado malo de la política de los autores está en que, el cine original, de autor, sólo es cine original y cine de autor, y con frecuencia el autor se va convirtiendo en una marca. A menudo, al ir a comprar ropa, por ejemplo, encontramos una camisa que no tiene nada de especial, el diseño es convencional, pero sin la marca, ¿valdría ese precio?. No lo valdría, y lo mismo sucede con autores que se han quedado establecidos como marcas, y una vez se ha instaurado una marca, ya se sabe, cría fama y échate a dormir. La pereza mental, un hábito muy extendido en la especie humana, junto al recuerdo de obras mejores, a la mínima hacen que no se baje a los coronados de sus pedestales, porque han sido investidos como autores, y una vez instaurada la política de los autores parece que haya que defender a los autores como si fueran siempre la única salvación del cine. 
_El cine puede ser de autor pero ser muy indigesto, y sobran ejemplos, pero serían muchos. Hay que comprender algo evidente, que ningún genio ha estado 10, 20, 30, 40, o 50 años de su vida creando obras maestras. Sin embargo, una vez un autor ha sido entronizado, por lo visto hay que defenderlo a muerte, y lo peor es que como discrepes te van a decir que no tienes ni idea de cine, y yo me pregunto si alguien lo sabe todo de cine. Con los autores, al final, se dan unos fanatismos en ocasiones que rozan o atraviesan el puro fascismo. Me explico, un autor, por la razón que sea crea algo notable, o algo original, o por la razón que sea cae en gracia (últimamente parece que hayan genios debajo de cada piedra) y voy a ver el suceso del año, o del siglo, o a lo mejor del milenio. Normalmente no me parece para tanto, y tampoco es raro que me pregunte qué le han visto, en fin, que no me gusta mucho, o nada. Cuidado con decir que no es un genio, que la película tiene un ritmo moroso, o que le sobra media hora, o lo que sea, te fulminan con una mirada, se te echan al cuello, te niegan la respuesta con la soberbia de quien se cree en posesión de la verdad, en fin, que con suerte no te escupen a la cara que ellos lo saben todo de cine y quien no piense como ellos está equivocado. Ya dije que era algo fascista la cosa, y esto sucede sobre todo porque la política de los autores se ha sacado de madre. Incluso los más grandes tienen obras menores, y sin embargo incluso el último que ha aparecido ya tiene carta blanca y lo elogian casi antes de ver su obra. Quien no alabe su gusto es que no tiene gusto!!! 
_En fin, cosas que pasan, pero ya sería hora de dejar de lado la política de los autores, que sí, está muy bien verse la integral de un autor y encontrar un hilo conductor, o las variaciones y matizaciones del pensamiento del autor a lo largo de su filmografía, perfecto, pero una película es un película, y en mi opinión igual que una rosa es una rosa y la rosa fresca puede pinchar pero tiene su belleza y su aroma, 
una película debe justificarse por sí misma y merecer el tiempo que el espectador emplea en verla. Y esto, lo dice cada espectador, tenemos el derecho como espectadores de decir que algo no nos gusta, o no nos interesa, lo que creo que nadie tiene derecho es a decirnos que una película es buena porque la ha dirigido fulano, mengano, zetano o quien sea, que en realidad es lo que dicen, disfrazado con palabrería y no poca astucia. 
_Creo que he llegado a esta especie de, ¡ya está bien con la tiranía de la política de los autores!, porque durante años me he cansado de leer que hay un genio nuevo a cada cuarto de hora, y de supuesta crítica de cine que parece aquel chiste de una serie de animación (¿Qué es esto?, le dice un niño a una niña, la niña señala en montón de palitos de helado pegados entre sí (con los restos del helado), y le dice, "Yo soy una artista, y esto es arte"). Pues hay gente que va por ahí diciendo que son críticos de cine y lo que hacen es crítica de cine, pero más bien adulan a quienes les adulan, o son traductores de lo que está de moda, especialmente si lo canonizan en Francia o en EE.UU., como si sólo hubiera cinefilia en estos dos países. Me parece que esto de tragar tantas veces con ruedas de molino tiene un límite, no tengo que irme muy lejos, veo el palmarés de Cannes a lo largo de su historia y de algunos filmes nadie se acuerda, y de los que sí, ¿de verdad todo son obras maestras de la historia del cine? ¿No falta ninguna, de verdad?. Sin embargo, parece que en Cannes se ha juntado toda la sabiduría cinematográfica del mundo y punto pelota. O eso dicen. También hay una política de los festivales...  Si a tal película le han dado un premio en Cannes debe ser buena!!!. Eso es más que discutible.   
_Igual que se habla de la política de los autores, también deberíamos prevenirnos contra la política de los críticos, es decir, considerar que un crítico de cine siempre da en el blanco, no se le pasa ninguna alta, tiene un mal día, o lo que sea. En realidad, un crítico puede cambiar de opinión respecto a la misma película a lo largo del tiempo.
_Cuidado, pues, con la política de los autores, la política de los festivales y la política de los críticos, así que también deben estar prevenidos de este aficionado (algo crítico) al cine que publica este blog, de dudoso título. En realidad, cineoriginal es un mal nombre, y un mal criterio, el de la originalidad, para valorar el cine. Lo elegí tras arrebato de cine original, intentando guardar una continuidad, pero quizá ha llegado el momento de cambiar.
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